jueves, 22 de abril de 2010

ESTRATEGIA DE LA DERECHA EN LAS ELECCIONES

candela


Año 6 Nº 61

Arequipa, 2010, abril 9.

ASOCIACIÓN JUAN PABLO VIZCARDO Y GUZMÁN

En camino al Bicentenario de la Primera Independencia del Perú

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ESTRATEGIA DE LA DERECHA EN LAS ELECCIONES

En una sociedad de clases el poder es una permanente conspiración y no hay límites para su ejercicio.

Puntos de la estrategia:

• Disminuir la presencia de la izquierda nacional y marxista. El Departamento de Estado intentará evitar el error cometido en Chile que permitió el regreso de la izquierda chilena al escenario político, para el ello el fujimontesinismoalanista golpea incluso a aquellos que se ubican en el centro derecha.

• Para EE UU un presidente similar a Piñera o Uribe es necesario en Perú para ejecutar sus planes de desestabilizar los gobiernos de la Alianza Bolivariana para las Américas.

• Mantener el modelo neoliberal. Darle continuidad al neoliberalismo es dejar que la minería haga y deshaga en el Perú.

• Neoliberalismo y minería son sinónimos en Perú. Sin la minería el Perú es narcotráfico. Y el narcotráfico es el programa social mejor implementado por el neoliberalismo para dar de comer a los pobres del Perú.

• De allí que el próximo presidente para la derecha es cualquiera con tal que proteja la explotación minera.

La derecha está dividida en varias maquinarias electorales. La ultra derecha compuesta por la APRA y las más de 10 agrupaciones nacionales y locales del fujimontesinismo. La derecha de Perú Posible y el Partido Popular Cristiano. El centro derecha integrado por grupos menores de ámbito nacional y local. En el ala de la derecha surgen en cada proceso electoral figuras útiles para garantizar el triunfo del candidato elegido por el Departamento de Estado.

Los puntos de la estrategia de la derecha para este proceso electoral son:

Disminuir la presencia de la izquierda nacional y marxista

En Chile en las elecciones del 2009 el objetivo fue cumplido a medias. El eje principal de la campaña lo consiguieron al derrotar al miembro del Opus Dei Eduardo Frei Ruiz Tagle, integrante de la Concertación por la Democracia e imponer al empresario pinochetista Sebastián Piñera Echenique, para revitalizar el modelo neoliberal que presentaba serias fisuras izquierdistas y fuerzas crecientes anti sistémicas. En este proceso sino hubo un acuerdo debajo de borda entre los partidos de la derecha chilena, por lo menos los errores de la Concertación demuestran que estaba sujeta a un mandato imperativo: hacer todo lo posible para perder. La diferencia de 300 mil votos entre Frei y Piñera indica que la Concertación podía haber ganado sin mucho esfuerzo. Primero, el candidato elegido Frei era el menos indicado para unificar a los partidos integrantes de la alianza. Insulza o Carlos Enríquez-Ominami Gomucio le hubieran ganado a Piñera. La corrupción permitida por los gobiernos de la Concertación fue su Talón de Aquiles, el terremoto demostró que las denuncias eran ciertas cuando centeneras de edificios y viviendas nuevas se desplomaron por incumplimiento de las normas por parte de los capitalistas de la construcción. Tercero, desligarse de los partidos críticos del modelo neoliberal y de los radicales anti sistémicos, generando un ambiente mórbido que llevó a que varias agrupaciones y personajes con arrastre de masas se desprendieran de la Concertación. Pero no contaron que el pueblo chileno consciente eligió a tres comunistas al parlamento y un número importante de Nueva Mayoría para Chile. Por eso la estrategia de aislar a la izquierda fracasó. El PC retornó al parlamento con alrededor del 7% de los votos y el centro obtuvo un poco más del 21%.

En el caso del Perú sobre este punto el Departamento de Estado monitorea hasta el detalle el proceso electoral. Montesinos, su principal operador, ha logrado subordinar al presidente Alan García, quien abdicó de gobernar.

Un pequeño paréntesis para explicar la historia de la izquierda marxista surgida en los años sesenta del siglo XX. Al cabo de los siete años del gobierno revolucionario del general Juan Velasco Alvarado, los partidos de izquierda marxista leninistas y el movimiento sindical condujeron el Paro Nacional del 19 de julio de 1977. En 1978 fueron la segunda mayoría en el proceso electoral para la Asamblea Constituyente. En 1980 conformaron Izquierda Unida que durante la década de los ochenta mantuvo el 36% del electorado. Las condiciones para un nuevo Allende en el Perú eran altamente positivas. Con la justificación de combatir el terrorismo la derecha liquido físicamente a los cuadros de Izquierda Unida, a otros los pervirtieron con dinero y los que asumieron cargos públicos, en una minoría por cierto, se corrompieron. A principios de la década del 90 la izquierda de disolvía por los golpes externos y los errores internos. El fujimontesinismo acabó desarticulándola. Hasta que el 2006 reaparece como alternativa nacionalista con Ollanta Humala. Y el 2010 los núcleos marxistas leninistas vuelven a reagruparse.

En las elecciones del 2010 para regiones y municipios, la derecha mueve los mecanismos del poder en contra de los líderes y lideresas del Partido Nacionalista Peruano con sustento sólido de base, como la congresista Nancy Obregón; contra el Partido Comunista del Perú – Patria Roja acusando una supuesta alianza con las FARC de Colombia. Susana Villarán ve reactivarse un juicio contra ella en el momento en que comienza a crecer y ser una alternativa para la alcaldía de Lima, rompiendo con la polarización entre el fujimontesinista Alex Kouri y la ex asesora de un imputado de narcotráfico Lourdes Flores del PPC. El Departamento de Estado intentará evitar el error cometido en Chile que permitió el regreso de la izquierda chilena al escenario político, para ello el fujimontesinismoalanista golpea incluso a aquellos que se ubican en el centro derecha. Para EE UU un presidente similar a Piñera o Uribe es necesario en Perú para ejecutar sus planes de desestabilizar los gobiernos de la Alianza Bolivariana para las Américas.

Mantener el modelo neoliberal

Lenin decía que en política hay que agarrarse de una parte de la cadena, la más dura para combatir al enemigo de clase. La lucha por la supervivencia de la humanidad es el eje de la política actual. El tema de la ecología es el central en el debate nacional. Los conflictos socio ambientales son los más importantes del momento. A lo largo de estos últimos 10 años los pueblos se han levantado contra las inversiones privadas que dañan el ambiente, es especial las mineras. Contra la minera Yanacocha propiedad de Newmont Mining, Buenaventura e IFC en Cajamarca, contra la minera Pierina de Barrick Gold en Ancash y, recientemente, contra la Southern Peru comprada por el Grupo México que opera en tres regiones del sur peruano Moquegua, Tacna y Arequipa. Estos tres ejemplos de enfrentamientos entre la población y las mineras se multiplican en cada una de las regiones del Perú. Según el modelo el Estado facilita la inversión privada aún en contra de las leyes. En todas las explotaciones mineras se confirma lo expresado por la Agencia de Protección del Ambiente de EE UU: la industria minera es una de las primeras causas de contaminación de cursos de agua en Estados Unidos. Como lo es en el Perú. Y no existe ninguna técnica para evitar causar daños irreparables por la gran minería en especial la de tajo abierto.

Neoliberalismo y minería son sinónimos en Perú. Sin la minería el Perú es narcotráfico. Y el narcotráfico es el programa social mejor implementado por el neoliberalismo para dar de comer a los pobres del Perú. Dar continuidad al neoliberalismo es dejar que la minería haga y deshaga en el Perú.

De allí que el próximo presidente para la derecha es cualquiera con tal que proteja la explotación minera.

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