PERÚ: MOMENTO PARA EL CAMBIO
Año 13 – Nº 192 Arequipa, 2017, agosto 29. http://candela3.blogspot.com
Por: Arturo Muñoz
candela369@gmail.com
Hemos pasado de una fase a
otra fase superior en la lucha por un gobierno democrático y patriótico, se ha sumado un numeroso contingente de maestros y maestras,
protagonistas de una larga huelga en defensa de la estabilidad laboral y
aumento de salarios; huelga que ha puesto en
cuestión el modelo neoliberal vendido como el camino al primer mundo, al paraíso
capitalista, al mostrar la pobreza en que vive el magisterio peruano, los 360 mil profesores y profesoras con sueldos de 1.200
soles mensuales en promedio (342 dólares al mes), a quienes el gobierno
de Alan García – Apra les quitó la estabilidad laboral con la Ley de Carrera
Pública Magisterial.
Es una huelga cuya
conducción recae en dirigentes regionales con una clara convicción de la
necesidad de cambiar el sistema capitalista por otro más justo. Nivel de conciencia al cual aún no han llegado los dirigentes médicos de
la salud pública, quienes consumaron una huelga hace pocos meses, y cuya paralización
significó una crítica radical a la política de privatización del sector salud. Los miles de médicos conducidos por dirigentes apristas
concluyeron la huelga sin pena ni gloria, los hospitales continúan en
escombros, las farmacias públicas sin medicinas, las enfermeras y técnicos de
salud seguirán siendo contratados usando el CAS (contrato chatarra sin
beneficios para los trabajadores).
Al frente de los trabajadores
estatales en huelga se paró el gobierno de PPK, levantando el dedo acusador en
contra de los huelguistas, difamando a los maestros llamándolos sin pruebas
terroristas; en esta estrategia de desacreditar a los
maestros el gobierno contó con el apoyo de los congresistas fujimoristas, de
los apristas, de la prensa basura.
Además de la calumnia agredieron
innecesariamente a los maestros y maestras lanzando contra ellos y ellas a los
mercenarios de la policía, pues el policía con seis meses de escuela tiene un
piso salarial de 3 mil soles mensuales mientras el magisterio gana la mitad; así queda establecida la prioridad, lo más importante para
los gobiernos neoliberales, que es tener un aparato represivo bien pagado y
garantizada la impunidad a los policías y militares cuando cometan “excesos”
(maten o hieran a quienes protestan).
Centrar la huelga en la
demanda del restablecimiento de la estabilidad laboral, es decir, en la anulación del artículo 23 de la Ley de Reforma
Magisterial aprista, permitió abarcar al conjunto de profesores y sostener la
huelga por más de dos meses. El gobierno repitió que las tres evaluaciones no eran
punitivas, sin embargo, al final, si el maestro no las aprobaba era despedido
y, por lo tanto, el artículo 23 eliminaba la estabilidad laboral de los
maestros y maestras. La intransigencia gubernamental de no anular el artículo
23 confirmó las sospechas de los miles de profesores, el
objetivo de este artículo es usarlo para reducir personal, despedir miles de
profesores para facilitar la total privatización de la educación y, al mismo
tiempo, reducir la carga laboral del estado ante la crisis económica presente
en el país desde el 2012.
La terquedad no fue sólo del
ejecutivo, lo secundaron rabiosamente los congresistas fujimoristas y apristas.
Todos los que defienden el libertinaje en el “mercado laboral”, todos los
politiqueros neoliberales. Esta intolerancia es
producto de que el neoliberalismo se basa en la esclavitud de los trabajadores
para mantener el sistema capitalista funcionando, en consecuencia,
cualquier intento de rebelión de los trabajadores por mejorar sus condiciones
económicas y laborales es reprimida brutalmente; por
ello, el aparato militar - policial represivo es la prioridad del
neoliberalismo antes que la educación y la salud pública.
La lucha por la estabilidad
laboral es cada vez más intensa, más masiva, y no terminará en esta batalla,
porque es el eje de la lucha contra el capitalismo neoliberal, es la demanda
que une la lucha económica con la lucha política por un gobierno patriótico y
democrático, es la demanda que en este momento saca a los trabajadores sin
conciencia a las calles y los convierte en ciudadanos anticapitalistas. Evidentemente, esta metamorfosis de trabajador instintivo
en trabajador reflexivo, en trabajador consciente, no es mecánica, en esta
transformación el papel de los revolucionarios es clave, y ahora en esta tarea
contamos con el refuerzo inesperado de la prensa basura, que se encarga de dar
a conocer a la masa inconsciente el objetivo por el que deben luchar los trabajadores,
el cambio de sistema capitalista por uno socialista.
Los pseudo izquierdistas,
los izquierdistas de escritorio, han sido rebasados por las masas, pero no sólo
en el campo sindical sino también en el campo político; mientras los pseudo izquierdistas adoptan un comportamiento “moderado” para
obtener el certificado de buena conducta de los capitalistas, las masas han
cuestionado masivamente el capitalismo neoliberal, han puesto por delante al
incremento de salarios la demanda de estabilidad laboral; inconscientemente han identificado uno de los pilares de
la dominación capitalista, la inseguridad en el trabajo, la amenaza a todo
trabajador de que será despedido sin justificación alguna por el capitalista,
la amenaza millones de veces hecha realidad de condenar al trabajador al
desempleo, a no poder cubrir sus necesidades vitales de comida, vestido,
vivienda; etc.
Para los psudo
izquierdistas las demandas deben ser las que se pueden alcanzar, las que
buenamente los capitalistas y su entidad administrativa, el estado, les pueden
conceder como una limosna. Con esta incorrecta concepción de
los puntos reclamar los pseudo izquierdistas ponen a las masas detrás de la
burguesía; de allí la imperiosa necesidad de liberarse de los pseudo
izquierdistas, de esta lacra sindical y política; este
objetivo no se consigue con una sola huelga, es un proceso iniciado hace varios
años, cuyo final está cada vez más cerca.
A periodos como el vivido
en los dos últimos meses los bolcheviques les llamaban momentos para el cambio
o como occidentalmente, con más imprecisión, se les califica de puntos de
quiebre. La
irrupción de las masas en el escenario político ha marcado la agenda política
de estos meses, dejando a un costado la campaña imperialista contra la
revolución bolivariana, incluso los casos de corrupción de Odebrecht, de
García, Keiko y Toledo; la irrupción de las masas ha obligado a los periodistas
a sueldo de los capitalistas en la prensa basura a dedicar su tiempo a tratar
el tema de la huelga magisterial y también las huelgas de los médicos,
obstetras y enfermeras.
Los capitalistas dicen que:
con estas huelgas, todos hemos perdido ¡¡¡Mentira!!! El pueblo ha dado un gran
paso hacia su liberación, nuevamente el pueblo retoma el camino de la lucha
masiva; los
obstáculos serán grandes mientras más y más trabajadores se plieguen a la
lucha, el aparato militar – policial de la burguesía intentará liquidar este
avance con más y más represión, y ante esa arremetida reaccionaria la consigna
es la gritada por el pueblo en las calles: No
somos uno, no somos dos, somos todo el pueblo.
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