PERÚ: POLÍTICA Y REVOLUCIÓN
SOCIALISTA
Por: Arturo Muñoz candela369@gmail.com
“La política es la consagración del
oportunismo de los que tienen medios y recursos”
Una organización de izquierda con un
candidato de izquierda que convoque a la organización del pueblo, como lo hace
Petro en Colombia, con un discurso anti establishment
Las imágenes de
Velasco, de Túpac Amaru, de Mariátegui, están arraigadas en el gen social del
pueblo peruano
A simple vista en las
primeras décadas de cada siglo en América Latina se producen grandes cambios, por lo menos, en el siglo XIX tuvimos las revoluciones independentistas
del imperio español, luego en el siglo
XX observamos el cambio del dominio del imperio inglés por el emergente
imperialismo estadounidense, en nuestro siglo XXI la Revolución Bolivariana en
Venezuela y la transformación en el marco del Estado Plurinacional de Bolivia
son los signos de los grandes cambios a producirse en el transcurso de esta
centuria.
Latinoamérica entró a este
milenio pisando fuerte, los pueblos eligieron a gobiernos revolucionarios y
progresistas. En Venezuela ganó el MVR (Movimiento
V República, presidido por Hugo Chávez), Luis Ignacio “Lula” Da Silva, líder del
Partido de los Trabajadores, asumió la presidencia de Brasil el 2003; el mismo
año 2003 asume la presidencia de Argentina el peronista Néstor Kichner, a la
cabeza del Frente para la Victoria; Tabaré Vásquez del Frente Amplio es elegido
presidente de Uruguay el 2004; Evo Morales se convierte en el primer presidente
indígena de Bolivia el 2006, militando en el Movimiento Al Socialismo (MAS); liderando
el Partido Liberal obtiene la presidencia de Honduras Manuel Zelaya el 2006; al
mismo tiempo Rafael Correa con Avanza País gana las elecciones presidenciales
el 2006 en Ecuador; ya el 2008 también en Paraguay gana por segunda vez la
presidencia la izquierda con Fernando Lugo, de la lianza Patriótica para el
Cambio.
Mauricio Funes conquista la
presidencia de El Salvador el 2009, dirigiendo el Frente Farabundo Martí de Liberación
Nacional; con Daniel Ortega el Frente Sandinista de Liberación Nacional gana
las elecciones presidenciales de Nicaragua el 2006; Leonel Fernández del
Partido de la Liberación Dominicana, de la misma ideología del FSLN, triunfa electoralmente
como presidente en República Dominicana el 2008.
Estados Unidos pierde el
control de América Latina y fracasa su intento de imponer el tratado de libre
comercio llamado ALCA. Y la Revolución Cubana recibe el respaldo sólido de los
gobiernos y pueblos latinoamericanos.
Un factor clave para la
aparición de gobiernos progresistas y revolucionarios en América Latina es el
surgimiento de China como una gran potencia comercial, pues para muchos países
es el principal socio comercial y estos gobiernos deben flexibilizar sus políticas
internas con respecto a las organizaciones de izquierda.
Otro factor es la crisis
económica que azota al subcontinente latinoamericano a causa de la implantación
por las dictaduras del capitalismo neoliberal. La desocupación, la inflación
desbocada, la deuda externa impagable son algunos de los síntomas de esta
crisis.
Aunque la corrupción es una
característica intrínseca del capitalismo, y los casos de Color
de Melo, de Carlos Menem, de Augusto Pinochet, de Alan García, de Alberto
Fujimori, de Gonzalo Sánchez de Lozada, de Peña Nieto y sus antecesores, llenaron
las primeras páginas en sus países, trayendo como consecuencia el desprestigio
de la política; es con el caso Odebrecht que la
corrupción se pone en el centro de la atención del pueblo sumergiendo a todo el
sistema capitalista en una crisis de la cual sólo lo podrá salvar el fascismo
redivivo y la miopía pusilánime de las organizaciones de izquierda.
Perú es el país con la
corrupción más generalizada y profunda en las clases sociales, es parte de la mentalidad del pueblo peruano, permisible sea por comisión
o por omisión. Perú se asemeja a la Cuba de Batista. Y
el remedio será el mismo. Cuando se lee la frase de Fidel “la política es la
consagración del oportunismo de los que tienen medios y recursos”, calza perfectamente para describir la
política peruana. Y es que el caso Odebrecht puso al desnudo la corrupción de
la burocracia del Estado burgués y de la propia burguesía, la corrupción
sistemática de las empresas para enriquecerse.
Las próximas elecciones
regionales y municipales serán la confirmación ratificada, revalidada, certificada
y reafirmada que los políticos postulan a los cargos de gobernadores y alcaldes
para robar los impuestos cobrados inmisericordemente por la SUNAT al pueblo. Qué peruana o peruano duda de que esto sea así… ¡Ninguna, ni Ninguno! Al
pueblo se le terminó de caer la venda de los ojos con Fujimori y Montesinos, y
por más que Alan García jure y perjure su inocencia ¡Nadie le cree!...
Si aún no hay una reacción
radical es por la traición de Toledo el 2001 y la gran traición de Humala el
2011, y ya es vox populi que Antauro Humala es igual a su hermano, ya que todo
nacionalista es fascista, todo fascista es capitalista y el capitalismo es por
esencia corrupto. Entonces falta no un líder,
sino una organización, un movimiento, un frente, un partido, que unifique al
pueblo desconfiado. Un movimiento, frente o partido consecuente, que haga lo
que dice, fiel y leal al pueblo, que se enfrente con valentía a los
capitalistas y al imperialismo.
De las elecciones regionales
y municipales el Perú saldrá más fragmentado. En octubre de este año
2018, el Perú habrá llegado al inefable centro de su historia republicana, al
decir de Borges. La renuncia de PPK, incluidos sus vicepresidentes y la
convocatoria a nuevas elecciones no es la solución a la crisis sistémica del
capitalismo neoliberal peruano. Porque la crisis no
tiene salida en la democracia representativa, pues los representantes, los
políticos son sinónimo de corrupción. La política es sinónimo de corrupción. Y como en Cuba la alternativa a impulsar con todas las
fuerzas, cueste lo cueste es la revolución. La letra de la canción de
Carlos Puebla Y en eso llegó Fidel, expresa con claridad la única alternativa
popular:
Aquí
pensaban seguir
jugando a la
democracia
y el pueblo
que en su desgracia
se acabara
de morir
Y seguir de
modo cruel
sin cuidarse
ni la forma
con el robo
como norma...
y en eso
llegó Fidel
Se acabó la
diversión,
llegó el
Comandante
y mandó a
parar
Un rezago de la posibilidad
de cambiar la sociedad por la vía de la democracia burguesa es la cantaleta de
nueva constitución; como si el imperialismo, los
capitalistas, la oligarquía financiera – minera van a permitir el triunfo
electoral de los candidatos de izquierda, por muy domesticados que estén.
El imperialismo intentará
aplicar sus recetas conocidas: golpe de estado
fascista (militar-policial), fraudes electorales, permitir la delincuencia masivamente para atemorizar a la
población, generar el crecimiento de la inflación para ahogar
económicamente a la población, endeudar el país
para incrementar los impuestos y aumentar las utilidades de las
transnacionales, finalmente, aplicará la
receta de la invasión militar directa como en Libia, Irak, Siria. El
imperialismo es totalmente previsible. La izquierda
peruana es igual de previsible, al punto que en Arequipa no habrá una
organización de izquierda con un candidato de izquierda que convoque a la
organización del pueblo, como lo hace Petro en Colombia, con un discurso anti
establishment. La variable imprevisible es el mismo pueblo peruano. Las imágenes
de Velasco, de Túpac Amaru, de Mariátegui, están arraigadas en su gen social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario