Año 12
– Nº 174 Arequipa, 2016, febrero
29. http://candela3.blogspot.com
Por:
Arturo Muñoz
Candela369@gmail.com
ELECCIONES Y LOS DESIGNIOS DEL IMPERIO
Primer objetivo imperial: el TPP
El objetivo del
imperialismo estadounidense en la presente coyuntura es conformar la zona de
influencia económica, política y militar con los doce países firmantes del
Trans Pacífic Partnership Agreement (TPP), para detener el avance de las
empresas chinas en las economías del Asia – Pacífico. Los acuerdos “comerciales” son hoy los pasos previos en la guerra por los
mercados entre Estados Unidos y China, y estos tratados se dan en medio de un
largo periodo de recesión del sistema capitalista mundial iniciado a principios
de este siglo. El TPP firmado el 4 de febrero pasado debe ser ratificado por el
Congreso peruano, en el cual existe el suficiente número de congresistas conformes
con el acuerdo para aprobarlo; correlación sin visos de modificarse en las
elecciones congresales del 10 de abril próximo.
El TPP es un acuerdo
desconocido por la población de los países firmantes, sólo puesto a discusión entre
los representantes más conspicuos de las burguesías y de la tecnoburocracia
afín a los intereses del imperio. El secretismo que ha
rodeado las negociaciones fue mínimamente roto por la acción del grupo
Wikileaks, que dio a conocer la parte referida a los periodos de prueba de los
medicamentos y como su extensión afectarían elevando los precios, sacando del
mercado medicamentos genéricos y limitando el uso de los biomedicamentos.
En la discusión del TPP la
tecnoburocracia estatal de los doce países estrechamente
ligada a las transnacionales (por ejemplo a las farmacéuticas), la tecnoburocracia estatal identificada con los
intereses de las transnacionales ha quebrantado la democracia al realizar las
negociaciones sin conocimiento de los ciudadanos y ciudadanas de los
respectivos países. El TPP surgido de un acto antidemocrático va a ser
legitimado por los congresistas subordinados a la organización mafiosa de las
corporaciones transnacionales y la tecnoburocracia estatal.
Segundo objetivo imperial: liberar el mercado de capitales
Un segundo objetivo del
imperialismo global neoliberal fue liberar el mercado de capitales de todo tipo
de regulación sea nacional o internacional. Las fronteras
nacionales fueron tumbadas por las exportaciones de capital entre los mismos países
desarrollados y en menor medida a los países atrasados. La ley de retorno de
capitales promovida por el presidente J. F. Kennedy obligaba a la repatriación
de capitales a las corporaciones trasnacionales con sede en Estados Unidos;
pero la oligarquía financiera estadounidense, constituida por la burguesía
industrial y bancaria (primordialmente la burguesía del complejo industrial - militar
y los banqueros de Wall Street), inventaron, “innovaron”, palabra muy usada por
los “emprendedores”, una nueva forma de robarle al tesoro público, de evadir impuestos a través de los paraísos fiscales,
alrededor de 73 en el mundo (https://www.inspiraction.org/justicia-economica/listado-paraisos-fiscales); por cada cien dólares exportados sólo
retornaban, a principios de los sesentas del siglo XX, a la matriz
estadounidense diez dólares. La ley de repatriación de capitales de Kennedy fue
papel mojado en tinta.
Por ello, la avara y astuta
oligarquía financiera mundial incentivo la desregulación de los mercados, la
eliminación de los controles a la circulación de productos y capitales, a la
vez que incentivó la libre competencia en determinadas ramas, exigió quitar las
trabas impuestas por el estado en los mercados de capitales. La única regulación aceptada por la oligarquía financiera mundial es la
de sojuzgar y esclavizar a los trabajadores usando “novedosos” métodos como la
libertad de contratar mano de obra; en realidad estos métodos no tienen nada de
novedosos, significan más bien un retroceso al mercantilismo, a los albores del
capitalismo, al “capitalismo salvaje” de los talleres de las nacientes urbes
europeas. Esos viejísimos métodos de explotación son presentados como
innovaciones en el mercado laboral.
Así, en nuestros días, el
mercado de capitales está libre de la indeseada y alérgica intervención
estatal, la oligarquía financiera mundial puede trasladar sin puestos de aduana
de por medio los capitales de un país a otro. La Tasa Tobin –
impuesto a las transacciones financieras - no paso de ser una propuesta ilusa
retomada por los movimientos antiglobalización para evitar la volatilidad de
los mercados de capitales por la especulación de la oligarquía financiera.
Tercer objetivo imperial: adecuar el Estado a la estructura del imperialismo
neoliberal
Un tercer objetivo es la
adecuación de los estados nacionales a las nuevas condiciones del desarrollo
capitalista en el ámbito mundial. En Perú han pasado tres
gobiernos intentando consolidar las reformas del llamado Consenso de
Washington, pero fracasaron por la composición de la burocracia estatal peruana
sumamente conservadora, poco preparada y profundamente corrupta; controlada por
la mafia aprofujimontesinista en gran parte.
En el Congreso la mayoría trabó los
proyectos de reforma del estado presentados por la tecnoburocracia,
principalmente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), cuyo número es muy
reducido, una élite formada en las universidades estadounidenses. Una de las razones de la crisis política presentada en estas
elecciones la encontramos en la pugna entre la tecnoburocracia neoliberal,
propulsora de la reforma del estado, y la burocracia conservadora, dispuesta a
defender el estado actual ineficiente a los intereses de las grandes corporaciones
capitalistas.
Las empresas electorales que han
reemplazado a los partidos no cuentan con los cuadros técnicos para administrar
el estado. Desde el gobierno de Alejandro Toledo, luego el Alan García y
finalmente el de Ollanta Humala tuvieron que recurrir a los cuadros de la élite
tecnoburocrática, pedir prestados tecnoburócratas al BID, al BM y al FMI para
cubrir los principales puestos del estado burgués. Los
conflictos entre la tecnoburocracia importada y la burocracia local son los
responsables de la paralización de proyectos de inversión o de su no inicio,
aún más que los conflictos generados por la población opuesta a algunos
proyectos o queriendo obtener mejores prebendas de la explotación de los
recursos por las transnacionales.
Esta pugna entre la
tecnoburocracia y la burocracia mediocre y corrupta se refleja en las actuales
elecciones. La burocracia estatal
conservadora y delincuencial es representada por la empresa electoral Alianza
Popular (conglomerado de apristas y pepecistas) y por Fuerza Popular (integrada
por fujimontesinistas sobrevivientes de la época de la dictadura cívico militar
de los noventas). Tanto Alianza Popular como Fuerza
Popular tienen vínculos con el narcotráfico.
Pedro Pablo Kuczynski (PPK)
es el primer tecnoburócrata derrotado por la burocracia narcoestatal. El líder de su propia empresa electoral, que usa las iniciales de su
nombre PPK, escribió el 2003 el libro “Después del Consenso de Washington.
Relanzando el crecimiento y las reformas en América Latina” en coautoría con
John Williamson (autor del “Decálogo del Consenso de Washington” de 1989); en
este libro proponen las reformas de segunda generación para reimpulsar el
neoliberalismo, añadiendo a las 10 reformas iniciales otras 10 más, dirigidas a
la modernización de la infraestructura institucional de una economía de libre
mercado y a la reforma institucional del sector financiero.
¿Por qué fue derrotado PPK? El haber
asumido los cargos de ministro de economía y también de primer ministro del
gobierno de Toledo le generaron un fuerte pasivo, a causa de su abierta
vinculación con las transnacionales del Consorcio Camisea y de las empresas
capitalistas postoras a controlar la generación de energía eléctrica en el sur
vía la privatización de las empresas estatales Egasa, Egesur y Etesur; intento
privatizador que fue parado por el levantamiento de la población del sur
peruano y la huelga indefinida de la población de Arequipa. Este pasivo
reciente se sumó al prontuario de haber entregado US $ 115 millones a la
International Petroleum Company en 1968, a la dación de la ley de fomento de la
explotación de energía y petróleo exonerando de impuestos a las empresas
inversoras en el segundo gobierno de Fernando Belaúnde. A sus declaraciones de
entregar los recursos naturales a las transnacionales sin que paguen impuestos.
Julio Guzmán,
tecnoburócrata, candidato presidencial de la empresa electoral Todos Por el
Perú ha cogido las banderas de PPK, de “modernizar” el estado en función de los
intereses de las corporaciones transnacionales, de la oligarquía financiera
mundial. La narcoburocracia lo enfrenta usando
sin escrúpulos cualquier medio para limpiar el camino a la presidencia a Fuerza
Popular, cuya candidata es Keiko Fujimori; pues el predilecto candidato de la
embajada de Estados Unidos y de la narcoburocracia, Alan García, ni siquiera ha
salido del partidor. Keiko no tiene el aval del imperio por ser japonesa y
sería una traba al plan imperial de recuperar su influencia en América Latina.
Para el imperio
estadounidense la debilidad de las empresas electorales neoliberales peruanas
significa un alto riesgo de un futuro gobierno incapaz nuevamente de adecuar el
estado a los requerimientos de la oligarquía financiera mundial. Más aún cuando
por las agresiones de las transnacionales y la agudización de la represión, el
movimiento popular viene organizándose y respondiendo con mayor contundencia a
las corporaciones transnacionales contaminadoras del ambiente, o exigiendo más beneficios
por permitir la explotación de los minerales y otros recursos.