Año 12
– Nº 175 Arequipa, 2016, marzo
05. http://candela3.blogspot.com
Por:
Arturo Muñoz
Candela369@gmail.com
REAFIRMAR LA LUCHA POR UN GOBIERNO PATRIÓTICO Y DEMOCRÁTICO
Estamos en los inicios de entrar a
una corriente rápida de un río caudaloso, sin capitán que guie la nave ni
tripulación preparada. La torrentada de la crisis
mundial ha hecho descender todos los índices de la economía peruana, a
partir de este año todo es cuesta arriba para los negocios, como siempre serán
pocos los sobrevivientes al final de la recesión.
Keiko Fujimori ilusiona ser su padre
cuando en 1990 dictó las más salvajes medidas económicas para salvar el sistema
capitalista en caos, provocado por el desastroso gobierno de Alan García,
causante de la más larga hiperinflación de la historia de la humanidad
alcanzando el increíble record de dos millones por ciento de inflación en cinco
años. Decirle a Keiko que las condiciones no son las mismas y que ser japonesa
ya no es una ventaja ni un signo de eficiencia, ni de honradez, ni de trabajo
es inútil. El fujimorismo ha perdido la confianza de la
población, más cuenta con un 30% significativo de apoyo electoral.
Alan García representa un
futuro de violencia, el rechazo a su persona viene de las
entrañas de la gente; en dos actividades seguidas ha sido agredido con sendos
proyectiles, y el rencor guardado por la población es un barril de pólvora pronto
a explotar para sacar definitivamente a la Apra del escenario político. Sin embargo, es la carta, tercamente mantenida, de la
burguesía mercantilista y conservadora, de las transnacionales, del sector más
reaccionario de la oligarquía financiera internacional. Su propuesta real, no la de sus discursos ni mucho menos
de su plan de gobierno, es un gobierno fascista, el uso
del aparato policial militar para garantizar las inversiones aún a costa de cientos
de vidas y del quiebre del débil proceso democrático burgués. García es
pariente en primer grado de Sarah Palin y de Donald Trump.
Tanto Keiko Fujimori como
Alan García simbolizan la descomposición de capitalismo neoliberal peruano. Así como Trump significa la decadencia del imperialismo estadounidense,
Trump es el alumno que logró superar a sus maestros los Bush. Lo peor, lo más grave para el pueblo peruano sería la ascensión
de Keiko o Alan al gobierno en estas elecciones, pasaríamos a un estadio más crítico
de la lucha de clases, y ello es probable por la incapacidad del capitalismo
monopolista de estado de solucionar las demandas mínimas de las clases
oprimidas. Con el trabajo conjunto del
aparato estatal, del JNE, y de los medios de comunicación han limpiado el
terreno para Keiko y Alan de sus dos más peligrosos adversarios: Alianza Para
el Progreso (C. Acuña) y Todos por el Perú (J. Guzmán).
Fuera de carrera APP y TPP
han conseguido el control del Congreso con el fujimorismo (Fuerza Popular), más
la suma de los congresistas de PPK y de Acción Popular del candidato Alfredo
Barnechea. Aproximadamente el 40% restante de
los 130 congresistas estarán repartidos entre APP, FA, SN, Apra –PPC; etc.
Pareciera como que el
desorden electoral fuera producto de la ineficiencia del JNE y culpa de las
propias empresas electorales en competencia, pero mirando fríamente,
objetivamente las idas y venidas en las inscripciones de las planchas presidenciales
y congresales; la ausencia de una campaña electoral normal y su sustitución por
una campaña unilateral de los candidatos protegidos por los capitalistas; los
enfrentamientos super agrandados por la prensa, verdaderamente
es más bien un caos premeditado, en dimensión muchísimo menor un “caos
constructivo”; un caos provocado para obtener un determinado resultado, este es
limpiar el escenario de los molestos candidatos advenedizos, de los candidatos
sobrantes para que no estorben a los candidatos predilectos de la burguesía. Y
lo están logrando sin mayor dificultad. El
control de daños es fácil de realizar cuando no hay una población activa,
beligerante que tome las calles. Ni Acuña ni Guzmán despiertan fervorosas
emociones, no son caudillos capaces de levantar la indignación de las masas;
sus protestas van a morir en los escritorios de la burocracia local e
internacional. Son protagonistas menores de la
comedia electoral burguesa, a los que los guionistas han decido liquidar en el
acto intermedio de las elecciones, en pleno proceso de inscripción. Porque son
actores pegados al libreto de la legalidad burguesa, temen convertirse en
aprendices de brujo y despertar al demonio del populacho al cual después no
puedan controlar.
Quienes por ley están obligados
a hacer una campaña con las masas, usando sus pocos recursos en
concientizarlas, en organizarlas, en convocarlas, en educarlas discutiendo los
planes de gobierno confrontando los de la burguesía con los del movimiento
popular, son las organizaciones de izquierda, los candidatos de izquierda; pero
también han sido domesticados por el sistema, ahora son personas educadas
respetuosas de la legalidad. Ya olvidaron la vieja consigna Todo
con las masas, nada sin ellas. La población del Valle de Tambo va por su
tercera marcha en contra del proyecto y los candidatos de la izquierda no se
hacen presentes, los pobladores de los asentamientos humanos marchan contra el
mal servicio de la empresa de agua potable Sedapar, y tampoco participan. Estas
elecciones muestran el poco compromiso con el pueblo por parte de la izquierda
peruana.
¿Cuál es la contradicción fundamental
en este proceso electoral amañado, monitoreado al milímetro por el
imperialismo? El enfrentamiento entre las fuerzas pro
imperialistas y las fuerzas patrióticas y democráticas. Las luchas de masas desde el 2000 a la fecha han tenido
ese carácter y han ido en aumento, al punto que la propia Keiko hoy critica a
la empresa minera Southern Copper por el fracaso del proyecto Tía María en el
Valle de Tambo, con el cálculo de ganar votos en el lado contestatario de la
población.
¿Cuál es la característica
fundamental del gobierno que debe proponer la izquierda peruana? Justamente aquel que refleje las demandas mínimas del
pueblo. Un gobierno que haga respetar los intereses de la Patria, que los
recursos naturales, las materias primas pertenezcan al pueblo y sirvan para su
desarrollo. Un gobierno que respete la democracia, el pueblo decide y el
gobierno obedece. Esos dos puntos están claros
en los programas de gobierno de las tres organizaciones de izquierda; sin
embargo, han sido incapaces de unificarse y ahora no son capaces de unirse en
la campaña.
LOS CANDIDATOS DE LA IZQUIERDA: NECESARIA UNIDAD EN LA CAMPAÑA
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