Año 12
– Nº 176 Arequipa, 2016, marzo
11. http://candela3.blogspot.com
Por:
Arturo Muñoz
Candela369@gmail.com
LA BASE SOCIO-ECONÓMICA DE LA CRISIS DE LOS PARTIDOS
Para dirigir la revolución
surgida en 1917 a raíz de la Primera Guerra Mundial, Lenin estudió las
condiciones socio-económicas de la época, elaborando a partir de los
descubrimientos suyos y de muchos otros investigadores, estudios recopilados en
sus diecisiete Cuadernos sobre el Imperialismo, la teoría del fin de un ciclo,
de una fase del capitalismo al pasar del capitalismo monopolista al capitalismo
monopolista de estado o Imperialismo.
Si no hubiera estado claro
teóricamente sobre la nueva fase del capitalismo, el Imperialismo, jamás
hubiera elaborado la estrategia y táctica de la Revolución de Octubre, nunca
hubiera tomado el poder. Esa definición, esa exposición de
las nuevas características sociales y económicas de la nueva época del desarrollo capitalista
en la que predomina el monopolio sobre la libre competencia, sin que ésta deje
de existir; en la que los carteles y trust se fusionan con el estado
constituyendo el capitalismo monopolista de estado; en la que socialmente la
oligarquía financiera (producto de la absorción de la burguesía industrial por
la burguesía bancaria) se torna la clase hegemónica; en la que las oligarquías financieras se reparten el
mundo, es expuesta resumidamente en El Imperialismo
fase superior del capitalismo, sin sacar las conclusiones políticas de la nueva
época del desarrollo capitalista para evitar la censura al momento de publicarla.
Caído el Muro de Berlín en 1989 algunos
“comunistas” peruanos se apresuraron a borrar su pasado “revolucionario”. Más al hacer el balance de la izquierda post Mariátegui el
saldo es favorable por el enorme sacrificio de la militancia, muchos
abandonaron sus “proyectos de vida”, sufrieron cárcel, entregaron su vida por
la revolución; el espacio político e incluso ideológico que en el presente tiene la izquierda peruana se lo debemos a esa generación de revolucionarios. La producción teórica de los herederos de Mariátegui es muy
importante para las ciencias sociales, pero en gran parte incorrecta en el campo político. Los
comunistas y socialistas no pudieron elevarse al nivel de la obra del Amauta ideológica
ni políticamente. La mayoría de los izquierdistas
peruanos fueron y son pragmáticos. Por ello no
hay una explicación científica de la significación del neoliberalismo, ¿es una
nueva fase del desarrollo capitalista?, ¿abre una nueva época?.
“O las cosas se hacen científicamente
o de cualquier modo”, los izquierdistas optaron por
hacerlas de cualquier modo, sin estudiar, como lo hizo Lenin en su
momento, el significado de los cambios sufridos por el capitalismo en el
transcurso del siglo XX, en especial después de la Segunda Guerra Mundial. Sin
el “análisis concreto de la realidad concreta” no puede precisarse la
estrategia y la táctica de la revolución.
Aprovecho la coyuntura electoral del
Perú para exponer algunas ideas sobre la base socio-económica de la crisis de
los partidos. Toda organización corresponde a
determinadas relaciones sociales de producción. Los partidos nacidos
alrededor de 1930, la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y el Partido
Comunista (PC) con sus desgajamientos, y luego en los cincuentas Acción Popular (AP) y la Democracia
Cristiana (DC). Seguidamente los partidos de la nueva izquierda Movimiento de
Izquierda Revolucionario (MIR), Vanguardia Revolucionaria (VR), Partido
Comunista Revolucionario (PCR); y de la derecha el Partido Popular Cristiano
(PPC), entre los más significativos, se fundan en el
periodo de industrialización del Perú. Los
trabajadores cañeros del norte son el sustento social de la APRA, los obreros
industriales y la pequeña burguesía, principalmente magisterial, lo son del PC y sus desgajamientos y un sector de la clase obrera del PCR; el campesinado es representado por VR.
Con el impulso a la sustitución de
importaciones dado por el gobierno de Velasco los partidos llegan a su máximo esplendor.
Los partidos de izquierda se llenan de militantes pero
sin una formación rigurosa en el marxismo, la mayoría de “líderes”
hablaban de Marx, de Engels, de Mao, del Che, de Fidel, por leer las tapas de
los abundantes libros llegados de la URSS, de China, de Cuba, de Albania, y lo más
que lograron fue darles una ojeada a las páginas interiores. Los obreros
industriales y los campesinos asumen sus puestos en los partidos por
sentimiento, sin comprender a cabalidad la ideología marxista y sin línea política correcta. Los cuadros de dirección son sumamente débiles
ideológicamente, su compromiso es más una actitud de compasión casi religiosa
hacia los pobres, no un compromiso a un ideal
revolucionario, una adoración al Mito de la Revolución Social.
Al primer viento fuerte los partidos
cayeron como castillos de naipes. Con el golpe del 5 de
abril de 1992 ejecutado por la mafia fujimontesinista los “partidos
tradicionales” inician su agonía, sus procesos de extinción; algunos han
subsistido fantasmalmente, convertidos en cascarones, actores intrascendentes
en el escenario político nacional actual. Pero ¿Fujimori y Montesinos eran tan capaces para destruir organizaciones con décadas
de funcionamiento, o es que hubo un cambio en las condiciones sociales y
económicas del capitalismo en el ámbito interno y externo?
Rápidamente podemos
decir que el proceso de industrialización fue liquidado por la crisis económica
iniciada a fines de 1975, la crisis alcanzó su clímax en el primer periodo de
gobierno de la APRA (1985 – 1990). Los obreros
industriales desaparecieron del panorama nacional junto con las industrias
quebradas, el campesinado continúo por oleadas abandonando el campo, creando
ciudades donde sólo existían aldeas. Los campesinos no vinieron a trabajar en
industrias sino a levantar mercadillos, a ocupar las calles en la venta
“ambulatoria”, a convertirse en revendedores de chatarra y de mercaderías asiáticas,
así como a la producción en pequeña escala. La base social
de los partidos en pocos años se hizo humo.
Y es que el capitalismo
mundialmente reorganizó la vieja división del trabajo encargando a China, a los
Tigres del Asia, la tarea de producir para todo el mundo. Los productos industriales, desde una aguja, un cortaúñas hasta
televisores, autos e incluso productos informáticos hardware y software son
elaborados en Asia.
En medio de la crisis de las hipotecas basura, en los debates presidenciales entre Barack Obama y Mitt Romney en octubre del 2012, Obama le encara a Romney porque toda su fortuna (US $ 700 millones) la tenía invertida en China y aun así, sin mayor desparpajo, Romney prometía crear empleos en Estados Unidos. En 20 años China desarrolló capitalistamente lo que tardó 200 años en lograr Estados Unidos, ello no es posible de explicar sin la inversión masiva promovida por las oligarquías financieras estadounidenses y europeas. Los milagros de los países asiáticos sólo se pudieron dar con la gran inyección de capitales extranjeros, provenientes de los países imperiales. También las crisis de los países latinoamericanos, el salto hacia abajo de ser países algo industrializados a ser meramente exportadores de materias primas, encuentra la misma causa, la misma explicación, en la nueva división internacional del trabajo fijada por la oligarquía financiera mundial. Los designios de los malditos capitalistas en su afán de obtener mayores ganancias fueron trasladar la producción industrial a los países asiáticos y dejar a Latinoamérica como despensa de materias primas.
En medio de la crisis de las hipotecas basura, en los debates presidenciales entre Barack Obama y Mitt Romney en octubre del 2012, Obama le encara a Romney porque toda su fortuna (US $ 700 millones) la tenía invertida en China y aun así, sin mayor desparpajo, Romney prometía crear empleos en Estados Unidos. En 20 años China desarrolló capitalistamente lo que tardó 200 años en lograr Estados Unidos, ello no es posible de explicar sin la inversión masiva promovida por las oligarquías financieras estadounidenses y europeas. Los milagros de los países asiáticos sólo se pudieron dar con la gran inyección de capitales extranjeros, provenientes de los países imperiales. También las crisis de los países latinoamericanos, el salto hacia abajo de ser países algo industrializados a ser meramente exportadores de materias primas, encuentra la misma causa, la misma explicación, en la nueva división internacional del trabajo fijada por la oligarquía financiera mundial. Los designios de los malditos capitalistas en su afán de obtener mayores ganancias fueron trasladar la producción industrial a los países asiáticos y dejar a Latinoamérica como despensa de materias primas.
Aún en este proceso
electoral del 2016, treinta años después de haberse producido la nueva división
internacional del trabajo, los planes de gobierno proponen la industrialización
del Perú. Cuando la globalización
neoliberal ya ha designado su rol a cada país en el mundo y al Perú le tocó ser
un “país minero”, aunque no quiera.
Sin base social los
partidos perdieron el rumbo ideológico y programático transformándose en
simples empresas electorales, sin vida entre elección y elección; y la
democracia representativa en un formalismo constitucional que garantiza el
dominio de la burguesía sobre el conjunto de las clases explotadas. La democracia formal ya ni siquiera sirve para definir la
hegemonía de una capa burguesa sobre otra. Las elecciones sólo
sirven para nominar al siguiente dictador, elegido por voto universal y
secreto, cuya misión es reprimir cualquier protesta de los esclavos
trabajadores y de los desposeídos del campo y las ciudades.
La nueva realidad social y
económica del capitalismo llamada neoliberalismo no necesita de partidos, de
intermediarios entre la población y el estado opresor burgués. Aun con financiamiento estatal, con modificaciones a la ley de partidos
políticos exigiendo ciertas condiciones que demuestren existencia, las empresas electorales (antes partidos) no van a cambiar su
carácter, su genio y figura, instituciones útiles para ejecutar los planes de
la burguesía desde el estado y recibir como premio por esta sucia tarea lo que
puedan robar al tesoro público.
De alguna manera en el
transcurso entre la II Guerra Mundial y el presente la oligarquía financiera
adquirió, tomó para sí, algunos principios anarquistas y del movimiento
libertario más conservador, me refiero al rol del estado en la sociedad, a la
subsidiariedad del estado, a reducirlo a la mínima expresión, a la eliminación
de toda regulación a las actividades económicas. La regulación una característica de la época imperialista
es dejada de lado por el neoliberalismo, en esto es muy parecido al pensamiento
libertario de derecha. Ninguna regulación, ninguna obligación
con los demás, no más Estado de Bienestar, libertad total para los empresarios,
liberalización del mercado laboral; hacer caer todo obstáculo a los negocios,
nada de aranceles, libertad de comercio, nada de trámites que impidan la
inversión, total irrespeto a los derechos de los demás; el individualismo en su
máxima expresión.
Introducido el
individualismo neoliberal, el liberalismo libertario, el anarquismo
individualista; muy lejano por cierto a
las propuestas libertarias y anarquistas del comunismo libertario, de la
ideología libertaria claramente expresada en los movimientos de los Ocupas en
Estados Unidos, en el pensamiento de Noam Chomsky. Hecho carne en las masas el individualismo neoliberal la
asociación, la agrupación, la conformación de comunidades de pensamiento y de
acción, los partidos son vistos como cosas inservibles.
El periodo de transición de
una sociedad capitalista con partidos a una sociedad capitalista sin partidos
está por concluir, no sólo en el Perú, también en todo el mundo.
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