Año 13
– Nº 190 Arequipa, 2017, mayo 29. http://candela3.blogspot.com
Por:
Arturo Muñoz
Candela369@gmail.com
EN
QUE MOMENTO ESTAMOS
Resulta grave para los marxistas leninistas dejar de preguntarse por
las características del actual periodo político, en general para cualquier
político decente; de allí, la enorme improvisación y errores del Frente Amplio
(Arana), de Nuevo Perú (Verónika) y de las demás organizaciones de la izquierda
peruana. Actúan sin analizar, sin estudiar las tendencias de la economía y
política peruanas y mucho menos de la situación del movimiento social. Sin
mencionar la coyuntura internacional de preguerra en Suramérica. La distancia
entre la izquierda y las masas es aún abismal.
Al borde de la
recesión
La
primera pregunta a responder es ¿Cuál es la profundidad
de la crisis económica? La caída del PBI a un crecimiento lento de 2,7%
anual nos indica que aún no entramos en recesión,
pero estamos a un paso de ella. Y es que desde la crisis del 2008, que
llevó a un año de decrecimiento por el pésimo manejo de la gestión aprista, de
menos 1% el año 2009, la economía peruana no ha podido recuperarse, en medio de una crisis internacional cuyo desenlace será una
nueva guerra mundial.
Dicho
esto, la consecuencia para los trabajadores es la reducción de salarios reales,
es decir, un crecimiento menor del salario con respecto a la inflación, los
precios en los mercados subirán por el ascensor y los salarios por la escalera.
Y las pésimas condiciones laborales, sin seguro, sin compensaciones por tiempo
de servicios, sin contratos, sin seguridad, etc., irán tornándose
infrahumanas, regresando a las mismas condiciones de los esclavos. Los gobernantes, la burguesía, los capitalistas le llaman
modernización a la nueva forma de esclavitud.
La
primera reacción ante esta terrible realidad laboral es la convocatoria al Paro Nacional de los trabajadores mineros
para el 8 y 9 de junio. Si los trabajadores
mineros, la aristocracia obrera, para, es porque la economía atraviesa una
fuerte y profunda crisis. Sin embargo, la producción minera no ha caído,
las ganancias de los empresarios mineros son superiores al año anterior. Este es el normal comportamiento de la economía
capitalista, los empresarios hacen pagar el costo de la crisis a los
trabajadores.
Independencia
política de la izquierda
Entonces,
la tormenta política desatada por el
aprofujiomontesinismo, amenaza en convertirse en huracán. Provocar más
inestabilidad a un sistema capitalista de por sí inestable, atacando sin piedad
al gobierno de PPK, usando su mayoría parlamentaria, es definitivamente un
abuso de poder, dirigido contra la burguesía neoliberal representada por PPK.
Bien quisiera el aprofujimontesinismo que la izquierda y los
progresistas salgan a defender a este gobierno, ponernos detrás del
neoliberalismo, como lo hemos estado en estas dos últimas décadas. Eso ya no es
posible, somos lo suficientemente fuertes para mantener nuestra independencia
en esta coyuntura, para variar la táctica de hace 20 años.
En Chile la división de Nueva Mayoría es producto de un avance
similar al ocurrido en el Perú. La
Democracia Cristiana ya no puede estar con una izquierda cada vez más
presionada por las masas, millones de chilenos y chilenas que presionan por
acabar con las AFP, por servicios públicos gratuitos y de calidad, por mejores
salarios. La burguesía golpista de la Democracia
Cristiana deja la alianza Nueva Mayoría para garantizar la continuidad del
neoliberalismo, rompe el acuerdo con el Partido Socialista mantenido por
27 años. Por ello, la Democracia Cristiana chilena
y la alianza Chile Vamos disputaran el liderazgo del pinochetismo directamente
en primera vuelta. Y obviamente en la segunda vuelta la DC votará a Chile Vamos
o viceversa. Es similar el avance en Chile al
peruano en lo referente a que el movimiento popular chileno ya no vota por la
alianza neoliberal de Nueva Mayoría y mucho menos por Chile Vamos, tal y como
sucedió en las últimas elecciones en Perú, cuando el movimiento popular voto
por el Frente Amplio con la candidatura de Verónika Mendoza. Aún más, se
ha formado una nueva alianza electoral de una izquierda ajena a Nueva Mayoría,
con el nombre también de Frente Amplio. La izquierda va
con dos organizaciones a las elecciones de noviembre en Chile: Nueva Mayoría y
Frente Amplio.
Si
la izquierda peruana posee la fuerza para independizarse de las opciones
neoliberales, esa fuerza no es lo suficiente para generar la crisis política
actual del capitalismo y liderar una alternativa sólida por el socialismo. La crisis política actual la genera el
aprofujimontesinismo con 78 de los 130 congresistas, el aprofujimontesinismo
que controla el poder legislativo. Es cierto que no en su totalidad. Poniendo en términos de encuestas, el 70 % de crisis es causada
por el aprofujimontesinismo y el 30 % es producto del descontento de las
poblaciones urbanas y rurales.
La cuota de participación en la crisis política peruana endémica
correspondiente al movimiento popular subirá en los próximos meses, cuando las
poblaciones afectadas por las inundaciones exijan solución a su situación de
hambre y desempleo. El
proceso de reconstrucción caótico y seguramente corrupto emprendido por el
gobierno de PPK no podrá aliviar en lo más mínimo la desesperación de los
pobres del norte del país. Consecuentemente, estamos
ante la punta del iceberg de la crisis política. Sería absurdo, por lo
tanto, apostar todo a la labor congresal cuando la
tarea primordial es organizar y dirigir la lucha del pueblo contra la mayoría
aprofujimontesinista del Congreso y contra el gobierno de PPK, causantes del
descontento popular, participes de la corrupción y aliados en la defensa de los
intereses de los capitales extranjeros; sería absurdo defender a PPK del
abuso de poder del aprofujimontesinismo cuando PPK y
Keiko son la misma cosa, son empedernidos neoliberales.
Resumiendo, la crisis política actual es causada por el
aprofujimontesinismo, descontentos con la prisión de Fujimori, exigiendo algún
tipo de castigo a los jueces y defensores de los derechos humanos de la
motejada por ellos como “izquierda caviar” y, fundamentalmente, evitar la
inclusión de Keiko Fujimori y Alan García en las investigaciones de corrupción.
También el movimiento popular es causante de la crisis en menor
proporción, en especial las poblaciones rurales descontentas con la extracción
de minerales sin recibir nada a cambio, con la contaminación del ambiente, de
las aguas y de las tierras agrícolas. Además, hoy se suman los trabajadores urbanos
y mineros enfadados con los bajos salarios, con los ataques a los sindicatos y
a las protestas.
A estas protestas vendrán a unirse pronto las de millones de
personas afectadas por el Niño Costero. Y eso sí pondrá al frente de la
protesta al movimiento popular, con un claro énfasis en el cambio del modelo
neoliberal.
Preparando la participación independiente de la izquierda en las
elecciones regionales y municipales del 2018, combatiendo la campaña macartista
de los nietos de Hitler (el aprofujimontesinismo), debemos organizar al pueblo y
asumir la dirección política de sus luchas hacia un gobierno democrático,
patriótico y antiimperialista.
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