miércoles, 12 de febrero de 2025

LA DEMOCRACIA DE LA BILLETERA V DEMOCRACIA GRATUITA, EFICIENTE Y CON PARTICIPACIÓN DE TODOS LOS CIUDADANOS

 



Año 21 Número 212           Arequipa, 2025, febrero 12

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LA DEMOCRACIA DE LA BILLETERA V

DEMOCRACIA GRATUITA, EFICIENTE Y CON PARTICIPACIÓN DE TODOS LOS CIUDADANOS

Por: Arturo Muñoz

También tenías derecho a que te dieran un puesto cuando te ponían a romperte el cuero en las elecciones – replicó la mujer - … Ahora todo el mundo tiene su vida asegurada y tú estás muerto de hambre, completamente solo.

El coronel no tiene quien le escriba. Gabriel García Márquez.

Con los millones en impuestos recaudados por el Estado son posibles una educación y salud gratuitas y de calidad, e, incluso, si se elimina la corrupción, mejorar la calidad de vida de la población. Además, con los fondos recuperados de la corrupción, es necesario lograr que la democracia sea gratuita, para que los mejores ciudadanos y las mejores ciudadanas puedan participar en las elecciones como candidatos y candidatas, sin necesidad de “invertir miles o millones de soles” en campañas electorales, cuyo resultado son siempre lo mismo: el triunfo de personas ineficientes y corruptas.

Es evidente que la eliminación de la corrupción exige acciones efectivas de participación ciudadana: marchas, paros, etc.; que obliguen a los que están en el gobierno adoptar las medidas que la población reclama para implantar la honestidad en los cargos públicos. Y junto a estas acciones legítimas de la ciudadanía debe darse la batalla legal por cambiar la Constitución, en los artículos 31 y 35. Sobre el artículo 31 ya hemos explicado ampliamente los cambios a realizarse para permitir el ejercicio del derecho a ser elegido por toda la ciudadanía. Ahora toca analizar el artículo 35 de la Constitución sobre el financiamiento de las organizaciones políticas.

Que dice el mencionado artículo 35:

Artículo 35.- Organizaciones Políticas

Los ciudadanos pueden ejercer sus derechos individualmente o a través de organizaciones políticas como partidos, movimientos o alianzas, conforme a ley. Tales organizaciones concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular. Su inscripción en el registro correspondiente les concede personalidad jurídica.

Mediante ley se establecen disposiciones orientadas a asegurar el funcionamiento democrático de las organizaciones políticas y la transparencia sobre el origen de sus recursos económicos, así como su verificación, fiscalización, control y sanción.

El financiamiento de las organizaciones políticas puede ser público y privado. Se rige por ley conforme a criterios de transparencia y rendición de cuentas. El financiamiento público promueve la participación y fortalecimiento de las organizaciones políticas bajo criterios de igualdad y proporcionalidad. El financiamiento privado se realiza a través del sistema financiero con las excepciones, topes y restricciones correspondientes. El financiamiento ilegal genera la sanción administrativa, civil y penal respectiva.

Solo se autoriza la difusión de propaganda electoral en medios de comunicación radiales y televisivos mediante financiamiento público indirecto.

En el primer renglón se afirma que: “Los ciudadanos pueden ejercer sus derechos individualmente”; sin embargo, a continuación, este artículo constitucional modela una camisa de fuerza al derecho de ser elegido, pues obliga al ciudadano o ciudadana a inscribirse en un partido, movimiento o alianza para poder ser candidato a un cargo de elección popular. Con lo cual el derecho a la participación individual se reduce a ir a la mesa electoral, ingresar solo a la cabina de votación, depositar su voto en el ánfora, esa es toda la participación individual conocida. Los demás actos son colectivos, las reuniones de los comités, de las asambleas, los actos de campaña. Esto es una contradicción con el espíritu liberal de la Constitución, espíritu que glorifica el individualismo.

¿Por qué una Constitución liberal anula al individuo en la vida política? Porque de esta manera le entrega las decisiones a la oligarquía partidaria, a la cúpula que gobierna el partido. Si el individuo como tal pudiese postular sin necesidad de un partido, movimiento o alianza, la población podría escoger entre candidatos de acuerdo a las cualidades personales, profesionales y a la experiencia del individuo.

No conformes con eliminar al individuo coaccionándolo a candidatear vía una organización política, la Constitución le pone un segundo obstáculo, imposible de superar para el 99 % de la población electoral: el financiamiento. Recientemente, el Congreso vuelve a permitir el financiamiento a los partidos por parte de la empresa privada. Con fecha de publicación 31/01/2025, fue promulgada por la presidenta Dina Boluarte, la ley 32254, a fin de restituir el financiamiento privado de personas jurídicas y dictar disposiciones para el empleo del financiamiento público. El objetivo es claro, mantener en el poder a los ricos, a los poderosos económicamente, a los empresarios formales e informales, garantizar la plutocracia. Evitar la tragedia del 2021 en que un advenedizo, un pobre profesor de provincia, casi analfabeto político, Pedro Castillo, gane nuevamente las elecciones. Además de permitir a los donantes (banqueros, empresarios de toda laya) donar millones sin correr el peligro de ser enjuiciados por tales aportes. Caso del propietario del Banco de Crédito del Perú, de Odebrecht, y muchas otras empresas.

Así, el artículo 35 de la Constitución y su desarrollo en la ley 32254, impone que el individuo que no posea una fortuna no puede ser elegido. Restringe la oferta de candidatos a sólo el 1,2% de la población, que cuenta con el financiamiento suficiente para cubrir los gastos de la campaña electoral. Por lo tanto, no se trata de eliminar el financiamiento privado, ni de permitir que los gremios, sindicatos, puedan hacer donativos a los partidos de su preferencia; el asunto es mucho más importante y crucial, es devolverle al ciudadano o ciudadana el derecho de ser elegido. De pasar de una democracia corrupta e ineficiente de la billetera, de una democracia que sólo permite elegir a quien tiene más llena la billetera, de una democracia que le otorga el derecho de ser elegido a los millonarios, pasar a una democracia gratuita y eficiente, que no imponga como requisito el disponer de una fortuna para jugarla en la ruleta de las elecciones, si no que el requisito sea un buen currículo personal, profesional y contar con una buena experiencia previa que de fundamento real a su currículo.

Pasar de una democracia de la minoría, de la plutocracia, de la oligarquía partidaria, a una democracia en la que la valía del individuo sea lo más importante, implica un duro enfrentamiento con quienes dominan en la sociedad actual.

El Perú ha llegado a ese inefable momento en que las medias verdades, las reformas, los discursos para agradar a uno y otro bando, son el camino al abismo, a un país sin futuro, donde la delincuencia siga gobernando. Una nueva constitución es una de las tantas tareas a desarrollar en ese tránsito a un país donde todas y todos puedan ser elegidos, puedan ser candidatos, sin importar si llevan o no la billetera bien cargada, donde lo único exigible sea honestidad y eficiencia.

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