candela
Año 6 Nº 66
Arequipa, 2010, junio 26.
ASOCIACIÓN JUAN PABLO VIZCARDO Y GUZMÁN
En camino al Bicentenario de la Primera Independencia del Perú
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PERÚ: OTRO 5 DE ABRIL PERO POR PARTES
Vuvuselas apristas claman por medidas de excepción ante un fantasma revivido del cercano pasado
Patriotas dicen NO a traidores regalones del gas
Alan García, presidente del Perú, viene dando otro autogolpe de Estado al igual que el del 5 de abril de 1992 ejecutado por Fujimori. El autogolpe es el instrumento de los dictadores para gobernar el país con medidas de excepción, con ello permiten la represión indiscriminada de la población reclamante de sus derechos. Supuestamente el autogolpe del 5 de abril estuvo dirigido a liquidar el terrorismo, lo cierto es que murieron 70 mil personas confirmadas por el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, de las cuales más del 90% no tenían ningún vínculo con el terrorismo, en su gran mayoría eran pobladores quechua hablantes en extrema pobreza y dirigentes populares.
A pocos meses de cumplirse diez años de la caída de Fujimori renace el terrorismo, por lo menos mediáticamente, cuya liquidación es la bandera del fujimorismo y reconocida como uno de los logros de la dictadura que presidieron Fujimori y Montesinos. Entonces, si el terrorismo existe con la dimensión presentada por el liberalismo autoritario del gobierno aprista, el terrorismo no fue liquidado por Fujimori, pues en diez años nadie se levanta de un golpe tan certero como el propinado supuestamente por el fujimontesinismo con las leyes de excepción promulgadas luego del autogolpe del 5 de abril. La pregunta inevitable es ¿fue liquidado o no el terrorismo por la dictadura cívico militar instaurada el 5 de abril de 1992?
Por lo dicho por García la respuesta es NO. Pero los militares, los fujimoristas, los especialistas en terrorismo dicen que SI. De aquí se desprende una segunda pregunta ¿a quién le conviene que el terrorismo siga existiendo en el Perú? Hitler enseñaba a sus asesinos la necesidad de crear un enemigo al cual combatir, al cual el pueblo odiara; así los planes del nazismo se implementarían sin obstáculos, ese enemigo fue el comunismo y los judíos. García gobierna violando cotidianamente la Constitución para que los planes de las transnacionales del gas, del petróleo, de la minería; etc., extraigan sin oposición los recursos naturales peruanos. El pueblo peruano rechaza las actividades de las transnacionales y comienza a luchar contra ellas, el odio del pueblo se dirige a las transnacionales y al gobierno aprista.
García aprendiz de Hitler parece haber encontrado en el renacimiento del terrorismo la manera de desviar el odio del pueblo a las transnacionales en contra de un supuesto revivido terrorismo. Así mataría dos pájaros de un tiro: la oposición a la exportación del gas, el rechazo a los proyectos mineros de Tía María en la región Arequipa o el hidroenergético de Inambari en las regiones de Puno, Cusco y Madre de Dios, y a otros 23 proyectos sin estudios de impacto ambiental serios. Y a los opositores acusándolos de terroristas. Además cambiaría la contradicción entre patriotas defensores de los recursos naturales peruanos que deben ser usados para su desarrollo y los traidores a la Patria dispuestos a regalarlos, por la contradicción entre pro terroristas y antiterroristas
Esta sería la intención de García para darle la gran dimensión a las marchas de los terroristas y a los remanentes terroristas ligados al narcotráfico. Es una jugada desesperada, para ello se vale de las vuvuselas apristas en los medios de comunicación. Pues el proceso electoral en las actuales condiciones tendría resultados contrarios a los planes del Departamento de Estado de instaurar sólo posible vía un gran fraude un gobierno continuista neoliberal, al cual García se adhiere en cuanta oportunidad pública utilizando su vuvusela que repite una y otra vez que Estados Unidos y Obama lo admiran y lo respaldan.
Las medidas de excepción las está promulgando por paquetes y ya constituyen una modificación ilegal de la Constitución, es decir un autogolpe, pretendiendo justificarlas con el mismo argumento esgrimido por Fujimori y Montesinos para dar el autogolpe del 5 de abril. Sólo que García, a semejanza de Jack el Destripador, prefiere ir por partes.
El pueblo peruano aprobará el Paro Nacional en contra de la antipatria que está regalando los recursos naturales y no a la huelga impulsada por las vuvuselas infiltradas en el movimiento popular. Reafirmará su rechazo al terrorismo senderista y al terrorismo de Estado que les cuesta 25 años de prisión a Alberto Fujimori y cadena perpetua a Abimael Guzmán.
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