sábado, 5 de diciembre de 2015

PERÚ: LA LUCHA POPULAR Y EL PROCESO ELECTORAL



Año 11 – Nº 170             Arequipa, 2015, diciembre 05.           http://candela3.blogspot.com
Por: Arturo Muñoz                                                                            Candela369@gmail.com
LA LUCHA POPULAR Y EL PROCESO ELECTORAL

Sea cual sea la próxima presidenta o el próximo presidente el movimiento popular seguirá en ascenso. En las entrañas de los valles los agricultores, los peones, organizan nuevas y más fuertes protestas contra la ausencia de políticas agrarias claras, la falta de financiamiento al agro, el alto costo de los insumos, la carencia de directrices y fondos para la innovación tecnológica, el nulo compromiso del estado con la agroindustria. Y lo más grave, la creciente contaminación de los ríos por la desregulada y sin fiscalización actividad minera. Existen otras fuentes de contaminación aparte de la minería; por ejemplo, los deshechos de las ciudades vertidos en los ríos o los productos químicos usados por la agricultura; pero es la contaminación minera la más agresiva y la menos aceptada por la población, pues todo se lo llevan gratis dejando desiertos a su paso.
Estas presentes y futuras protestas van a necesitar de organizaciones gremiales sin direcciones oportunistas, incapaces de vender los intereses de sus asociados al enemigo de clase, o de llegar a acuerdos para debilitar la lucha del campo en favor de las transnacionales mineras, firmes en los principios colectivistas con los cuales formar a los numerosos destacamentos de agricultores y peones de los valles para derrotar a la nueva oligarquía financiera y minera, responsable del atraso del país, del saqueo inmisericorde de los recursos naturales.

Ni en Conga, ni en el Valle de Tambo, ni en Espinar, ni en Santa Ana, ni en la Amazonía debe permitirse siquiera pisar la tierra a los representantes de la nueva oligarquía financiera y minera, causante de las decenas de víctimas, de la más cruel represión contra mujeres, niños y ancianos, que sólo policías y militares alcoholizados y drogados pueden cometer. Basta ver el comportamiento del hermano del policía enigmáticamente muerto Alberto Vásquez en los enfrentamientos en el Valle de Tambo, quien aprovechando de la indefensión de la viuda se ha apoderado de los bienes y de la pensión de su hermano. Hoy la viuda sale a los medios de comunicación exigiendo justicia. Si así se comportan con las personas cercanas a ellos no es raro el inhumano comportamiento con personas a las cuales ven como enemigos, y por ganar el dinero de las empresas mineras están dispuestos a violar los más elementales derechos humanos.
Oposición firme al neoliberalismo
Hay que diferenciar entre una posición radical, que va a la raíz de los problemas, de la posición ultra, que busca la confrontación por la confrontación. En esencia la posición del nacionalismo era una posición ultra, de confrontación de todos contra todos, mezclando las luchas raciales con las luchas en defensa del medio ambiente, de la lucha de los pobres por mejores condiciones de vida con las luchas por mayores libertades democráticas, por ello todas sus acciones terminaron en rotundos fracasos, no permitiendo el avance del movimiento popular, y muy por el contrario ha fortalecido la posición de la banca y la minería en los cuatro años y medio de gobierno humalista.

Una oposición radical al neoliberalismo va a la esencia del mismo, a explicar que es la expresión última del capitalismo, de la forma como unos pocos, el 1% de la población se apropia de la riqueza de toda una nación, de los 7 mil millones de seres del mundo. La oposición radical reconoce la existencia de una clase, la burguesía financiera minera como la causa de los males del Perú; y por el otro lado la existencia de clases sociales oprimidas, explotadas por la burguesía financiera y minera. Éticamente el deslinde se da por quienes sostienen con sus actos el dominio, la explotación de la burguesía financiera y minera, de quienes la combaten en las calles y en los valles. Es ético todo aquello que favorezca la caída, el derrumbe de la burguesía financiera y minera y es antiético todo aquello que permita que su dominio continúe.
Deben saludarse a quienes hoy luchan en el terreno electoral y plantean un claro deslinde con las políticas privatizadoras de los servicios públicos, contra el robo de las pensiones de los jubilados por las AFP, por el incremento de los impuestos a las empresas mineras y la cancelación de los proyectos mineros que dañan el ambiente, por el desarrollo de la agroindustria y el destino de mayor presupuesto a la innovación de las técnicas agropecuarias, dejando de lado la revolución verde y su sustitución por la agroecología. Debe apoyarse a las candidatas y candidatos que planteen la unidad latinoamericana frente a la agresión del imperialismo estadounidense, que defiendan el derecho de los pueblos a libre autodeterminación zanjando con la política de intromisión guerrerista de los países capitalistas imperialistas que están conduciendo al mundo a la tercera guerra mundial.
Apoyo crítico a los frentes de izquierda
La precariedad de la representación de la izquierda ya es un lugar común. Asumir una abierta crítica a los intentos de conformar frentes electorales por los grupos de izquierda resulta una propuesta favorable a la burguesía financiera y minera, sino sacamos las conclusiones de lo que significa precariedad de la izquierda. Primero, porque fundamentalmente nosotros somos los responsables de la situación en que nos encontramos, y remarco fundamental porque también han existido factores externos, la represión al movimiento popular, los 70 mil muertos en la guerra interna; etc. En las coplas venezolanas se canta: la culpa no es del que lanza el lanzazo, sino de quien no lo retruca; y esta tiene el mismo significado de la copla cajamarquina: que culpa tiene la pata que patea el trasero que se deja patear. Está en la labor diaria, constante, persistente de los revolucionarios el cambiar la situación precaria de la izquierda; la condición de debilidad es debida principalmente a la acción errada nuestra de haber abandonado el trabajo de masas, de pensar que del cielo caerá todo y que basta rezar para que la izquierda sea nuevamente la fuerza gravitante de los años setentas y ochentas del siglo pasado.
Segundo, en medio de esta precariedad, de la cual queremos y debemos salir cuanto antes, nos encontramos con los esfuerzos del Frente Amplio, de Unidad Democrática, de Perú Libre – entre otros - en la lucha electoral. Y hay que saber valorar estos esfuerzos, pues desde 1990 los izquierdistas hemos tenido que en grupo o individualmente sumarnos a las organizaciones de aventureros pequeñoburgueses, que finalmente terminaron traicionando al pueblo que los eligió y nosotros siendo separados del gobierno. Esa es la precariedad de la izquierda de la que hablamos y de la que estamos obligados a salir.
Cuando nos sumamos a esos proyectos que no eran nuestros fuimos (algunos, no todos) claros en señalar las diferencias con esos proyectos, asumimos una posición crítica y luego de oposición radical a esos proyectos pequeñoburgueses absorbidos después del triunfo electoral por la burguesía financiera y minera. Pero en esas circunstancias era necesario intervenir en el proceso electoral con candidatos de izquierda aunque sea subordinados a la pequeña burguesía. Votamos por nuestros candidatos, los pusimos en el parlamento, pero la precariedad se expresó también en la debilidad ideológica y programática de nuestros representantes, quienes fueron incapaces de construir una alternativa revolucionaria.

Tercero, en este punto de la exposición hay que aclarar un aspecto, la participación en los procesos electorales no es una cuestión de principio; la vía electoral para la construcción de una sociedad colectiva es optativa; pero la debilidad ideológica de la izquierda, la precariedad teórica, hizo atascarse a un gran número de izquierdistas en la vía electoral y en la priorización de esta vía para la revolución social. En el periodo posterior a las elecciones la izquierda entenderá por las buenas o las malas, por la experiencia propia y por la experiencia internacional, cuando saque las garras fascistas la burguesía financiera y minera para ejecutar los proyectos mineros y otros utilizando al destacamento armado militar policial para reprimir a los pueblos opositores al saqueo imperialista, a la contaminación de los valles por la minería; la izquierda entenderá la importancia de estar preparados para todo tipo de lucha.
Cuarto, esta insoportable precariedad de la cual debemos salir cueste lo que cueste pone dificultades a vencer a cada paso a los consecuentemente izquierdistas. El Frente amplio, la Unidad Democrática, Perú Libre y los demás grupos aunados en torno a estos frentes carecen de la fuerza para dar el salto de la unidad electoral a la unidad revolucionaria. El oportunismo es la principal desviación en los integrantes de estos frentes electorales. Tienen un pie en la derecha y el otro pie en la izquierda. Por un lado temen romper con la burguesía financiera y minera y por el otro lado sienten pánico de ser confundidos con las experiencias latinoamericanas antiimperialistas en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Nicaragua.

La agresión del imperialismo estadounidense es tan evidente a los ojos de la gente objetiva, sin prejuicios pequeñoburgueses, en contra de los pueblos y gobiernos antiimperialistas; sin embargo, son incapaces de expresar su solidaridad con esos pueblos y gobiernos. Ante sus ojos las acciones militares imperialistas ocurren cada día y no exigen detener el inicio de una tercera guerra mundial, a pesar de que el propio Papa Francisco ya lo ha hecho.
Aunque lo más grave es su silencio, salvo excepciones, ante los sangrientos acontecimientos en Conga, en Santa Ana, en Bagua, en Espinar, en el Valle de Tambo. Estos frentes son precarios ideológica y políticamente, pero son lo único que existe, con todos los graves defectos que les podemos encontrar.
Por ello, a diferencia del duro tratamiento a los proyectos pequeñoburgueses en los cuales nos embarcamos con mayor o menor compromiso, la posición ante la unidad buscada en estos frentes es de ser críticos, de exigencia de que avancen hacia posiciones consecuentemente revolucionarias.
Al ser frentes electorales vamos a ver acercamientos y alejamientos entre los grupos, como el acercamiento al Partido Humanista y luego su alejamiento; o en los últimos días las dificultades de Unidad Democrática para elegir su candidato. Este comportamiento es natural en los frentes electorales, y en cualquier frente de izquierda y de derecha. Mas lo importante es llegar a juntar a la mayor cantidad de grupos de izquierda para enfrentar a una derecha sin rumbo y sin candidatos, a una derecha en casi el último grado de degeneración, compuesta por candidatos con un común denominador, su filiación a la anti ideología del narcotráfico y al plan del imperialismo estadounidense de destrucción de la unidad de los pueblos latinoamericanos, a la derecha rejuntada en empresas electorales financiadas por el narcotráfico.

Este nuevo ciclo de auge popular que vivimos y viviremos por muchos años más exige de cada uno de nosotros toda la paciencia para aguantar, para soportar las idas y venidas, y con paciencia derrotar al oportunismo y superar el estado de precariedad de la izquierda. El Frente amplio, los integrantes de Unidad Democrática (especialmente el núcleo de Únete), Perú Libre y el conjunto de grupos dispuestos a enfrentar a la oligarquía financiera y minera, tienen la responsabilidad de fortalecerse expulsando a aquellos cuyo comportamiento es indudablemente de derecha.

Luchamos por un Gobierno Patriótico y Democrático y esta lucha no se agota ciertamente el 2016, pero cada día hay que luchar con todas nuestras fuerzas para conseguir nuestro objetivo.

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