VENEZUELA
El agridulce
sabor de la derrota
Norberto Domínguez Contreras
Ante todo, se debe felicitar al pueblo
venezolano por la participación masiva en la vigésima elección de los últimos
17 años. Ambos sectores de la base, le demostraron al mundo que Venezuela tiene
un pueblo que expresa sus decisiones, cívica y soberanamente, por lo tiene la capacidad de sobrepasar
holgadamente a los que dicen representarlo.
Los que dimos nuestro voto a favor de
los candidatos que apoyan al gobierno, en muchas circunscripciones hemos perdido y no se acabó el mundo.
No
estamos haciendo barricadas, no estamos cantando fraude, no odiamos a nadie y
vamos a seguir trabajando por este país que como chavistas y bolivarianos lo
sentimos en el alma.
En este sentido, esta vez la derrota,
para los revolucionarios de base no tiene un sabor amargo, pues como todos
sabemos por el camino "pragmático" adoptado por nuestra
vanguardia; de complacencia a la burguesía, el inefectivo y no
convincente combate a la corrupción, el desamparo de la ideología socialista y
un largo etcétera, la verdadera revolución se estaba perdiendo.
Las causas logísticas de lo que hoy
llamamos derrota, todos los de la base ya lo veíamos con claridad desde antes
de esta elección. La intolerancia de la dirigencia dentro
del partido Psuv, la imposición de candidatos que el
pueblo no sentía como suyos, los desaciertos comunicacionales, no incluyendo al
pueblo en los diferentes frentes de ataque, creer que el pueblo se convence con
cosas materiales, la inmadurez ante la crítica y otro largo etcétera.
Pero como se dijo en
este corto párrafo, solo se menciona la parte táctica, porque las causas son
muchas más profundas, donde la corrupción y la incoherencia política han contribuido más a perder la
Asamblea que la misma guerra económica.
Ahora viene el
látigo de la contrarrevolución y cuando el pueblo se dé cuenta de la estafa, recordará que los 'ganadores'
sólo quieren desarrollar un sistema que favorezca a una clase social que
explota a la mayoría,
Entonces se tendrá que
reunificar fuerzas alrededor de un gobierno, que debe haber entendido la
importancia de retomar el camino al socialismo, no solamente en retórica sino
en las acciones. Por consiguiente, lo que hoy llamamos una derrota, sí la tomamos con madurez es una
oportunidad para crecer
internamente y fijar bien el objetivo de luchar por una Patria libre y soberana
como lo soñó Bolívar, Chávez y tantos otros patriotas conocidos y anónimos que
dieron sus vidas por esta causa.
Nosotros los chavistas
seguiremos organizándonos, queriendo lo mejor para toda Venezuela. Seguiremos
trabajando con ánimo, construyendo puentes para el trabajo conjunto.
Seguiremos teniendo
siempre presente que pertenecemos a un grandioso país codiciado por las grandes
transnacionales.
Nosotros, a pesar de
la mediática no vamos a ‘caotizar’ al país como si lo hizo la burguesía cuando
el resultado les fue adverso.
Nosotros los chavistas
tenemos madurez, sabemos que la vida se compone de victorias y derrotas.
Las primeras es la
oportunidad para aplicar nuestras ideas, la segunda es para aprender,
reflexionar y perfeccionar nuestras acciones para cuando venga de nuevo la
victoria.
No le tememos a la
derrota y nuestra moral no se minimiza porque ella se haga presente. Estamos llenos de entusiasmo e ideas y
nuestro avance está fundamentado en el amor y no en el odio. Nuestros triunfos
están impulsados por ideales y no en el descontento de la gente.
Nosotros no
necesitamos del odio para subsistir moral y políticamente.
Todos los habitantes
de Venezuela deben saber que nosotros los revolucionarios con hidalguía, le
vamos a exigir a los diputados chavistas ganadores a que le enseñen a esos
diputados de la derecha que ganaron la mayoría dentro del parlamento, como se
hace una verdadera oposición digna, que lucha por el pueblo y sus valores, pues
la bandera de un diputado revolucionario, al contrario de los opositores
asambleístas de este periodo que termina en enero, es luchar a favor del
pueblo, por su bienestar, por su desarrollo no sólo material, sino por la
construcción de un ideal colectivo en consonancia a la grandeza de nuestros
libertadores.
Los diputados
revolucionarios deben mostrarle a Venezuela cómo debe ser un opositor.
En este orden de
ideas, se debe saber que para nosotros los chavistas de base, esta derrota es agridulce, pues necesariamente hace despertar a una vanguardia desorientada para
volver a tomar el camino del socialismo en vez de seguir fortaleciendo a un
Estado Burgués.
Además nos hará a todos
como pueblo reunificar fuerzas, porque esta burguesía que tomo la mayoría en el parlamento, tiene como
objetivo entregar a Venezuela al mejor postor.
Así pues, bienvenida
la derrota siempre y cuando
sepamos tomar las lecciones que de ella emana. En fin y al cabo lo valioso no
es fácil de conquistar, se requiere sacrificio y determinación en alcanzar las
metas.
Sabemos que los
caminos que valen la pena están lleno de triunfos y derrotas, pero lo fundamental es no
rendirse y seguir avanzando por el futuro de nuestros hijos y nietos.
Nosotros los chavistas
seremos capaces de llegar al verdadero triunfo que es una sociedad
verdaderamente próspera e igualitaria que sea el orgullo y ejemplo de todas las
sociedades del mundo. Si la burguesía internacional cree que con esta pírrica
victoria, venció al pueblo de Bolívar, se llevarán una no muy agradable
sorpresa, cuando vean que nuestra dignidad como pueblo sigue intacta y que
muchos de los votantes a favor de los candidatos de la burguesía se sumarán a
los revolucionarios cuando vean que se va al camino de la entrega de nuestro
país a cualquier imperio.
Los revolucionarios
sabemos que casi todos los compatriotas que votaron por la derecha en realidad
no creen en ella. La burguesía tuvo que prometerle a muchos chavistas que había
un cambio muy parecido a lo que planteaba el Comandante y que logró en vida.
Esa estrategia de la dirigencia de la oposición, demuestra que a pesar de la
adversidad electoral el Chavismo es Mayoría.
¡Hasta la Victoria
Siempre!
Norberto Domínguez Contreras
Que buen Artículo. Muy moralizante
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