Perú: misión
histórica del gobierno de Castillo
PLAN TAWANTINSUYO: PASAR DE SER VENDEDORES, MINEROS, IMPORTADORES Y RENTISTAS A SER PRODUCTORES
Pedro Castillo, nuevo
presidente del Perú, debe cumplir con la misión histórica de transformar la
sociedad peruana. Desde hace 500 años somos una sociedad integrada por personas
dedicadas a ser vendedores de baratijas importadas, mineros irresponsables
contaminadores del agua y del ambiente, rentistas que viven de alquilar sus
propiedades, banqueros y financistas especuladores, de importadores que importan papa al país cuna de la papa.
Somos una sociedad improductiva,
a semejanza de Estados Unidos y de Europa, que no crea riqueza. La razón porque
no producimos es el empresariado, que al igual que el drogadicto roba las cosas
de la casa para comprar cocaína, sin importarle el daño que hace a la familia. Como
el drogadicto la burguesía no está dispuesta a someterse al tratamiento de
desintoxicación, pues por mucho tiempo está en el vicio, 300 años de
colonialismo y 200 años de república.
Durante la colonia robaban el
oro y la plata, después en la república los criollos ricos hurtaban el guano de
isla y el salitre, además del oro y la plata. El guano, el salitre, el oro y la
plata estaban allí, en las islas y en las salitreras, en las minas, en la
naturaleza, los poderosos no crearon esas riquezas. En 1879 Inglaterra no
quiso pagar más impuestos y utilizó a Chile para declarar la guerra a Bolivia y
Perú para adueñarse de todo. Por lo tanto, los perdedores de la Guerra del
Pacífico fueron los pueblos de Bolivia, Chile y Perú limitados a ser
trabajadores en las minas, las islas guaneras y las salitreras; la inmensa
fortuna amasada no sirvió para fabricar artículos con las materias primas extraídas.
Los empresarios locales se contentaron con limosnas.
El despojo de los minerales continuó luego de la Guerra del Pacífico, pero en la costa norte peruana floreció la agroindustria azucarera. Miles de hectáreas las dedicaron al sembrío de la caña de azúcar, naciendo una nueva casta, los Varones del Azúcar. El azúcar no generó una cadena productiva, sí creó la República Aristocrática. A partir de 1870 el azúcar fue, junto con los minerales, el principal producto de exportación hasta 1929; porque el Crack de 1929 provocó la más grande recesión mundial afectando a la economía peruana, en especial a las haciendas azucareras.
Recién en 1946 volvimos a renacer económicamente de mano la limitante minería y del emergente sector pesquero, procreando nuevos ricos dedicados a la elaboración de harina de pescado y de conservas. Industrias básicas derivadas de la riqueza más grande del Perú, los peces marinos. Por dos décadas la burguesía intento industrializar el país, siguiendo el modelo de sustitución de importaciones, este esfuerzo finalizó a principios de los años setentas del siglo XX, así de la industria de ensamblaje, textil, calzado, aparatos eléctricos, no queda nada. Sólo sobrevivió la poderosa Sociedad Nacional de Minería. A principios de los años 80 la economía era de nuevo sólo extractivista.
Perú entró al nuevo milenio en
recesión, pero para suerte de la burguesía minera, rentista, importadora y
financista las materias primas subieron de precio extraordinariamente. Un nuevo
periodo de bonanza se abrió en la economía peruana. La bonanza basada en los
elevados precios de las materias primas despertó notablemente la ambición de
los empresarios dedicados a la extracción de recursos naturales. Los
gobernantes en vez de industrializar el país optaron por enriquecerse robando
el dinero del Estado. Todos los expresidentes están enjuiciados por corrupción;
en complicidad con las empresas a las que les devuelven los impuestos, sobrevaloran
las obras, cobran sin ejecutar los proyectos. Las empresas privadas mostraron
ser tan corruptas como las empresas públicas.
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