candela
Año 9, Nº 127, Arequipa, 2013, abril 15. http://candela3.blogspot.com/
UNA NUEVA ETAPA
Por: Arturo Muñoz
Candela369@gmail.com
Final del alanismo
Con la partida de Armando Villanueva Del Campo se va el último líder aprista digno de respeto. Los narco líderes van a intentar ocultarse tras su imagen, pero en mala hora Villanueva los abandona, cuando una tormenta de incalculables consecuencias azota a la narco maquinaria electoral aprista. El rayo que paralizó a Alan García Pérez y sus pillos vino de la derecha más cavernícola, el medio fue el pasquín El Comercio.
Una jugada maestra cogió por sorpresa a Dionisio Romero Seminario, figura emblemática de las finanzas peruanas y del lema que el capital no tiene patria – socio de la pinochetista ENAP para la compra de la refinería de La Pampilla -, y a Roque Benavides Ganoza, cruel empresario minero, amigo de las ideas de Álvaro Uribe Vélez, del paramilitar ex presidente colombiano. Su carta política para el 2016, Alan García Pérez, está siendo golpeado salvajemente, de la misma manera como Alan pateo a Jesús Lora Cisneros o abofeteo a Richard Gálvez, o destrozó el futuro de los peruanos con la hiperinflación causada por su irresponsabilidad del primer periodo y con el neoliberalismo fujimontesinista del segundo. Alan García está acusado de haber indultado a cientos de narcotraficantes y de haber puesto a un militante aprista, miembro de la banda de traficantes de drogas Los Norteños, en la comisión de gracias presidenciales en calidad de promotor, como primer filtro para acceder a este beneficio por parte de los presos y presas.
Es probable que García termine sus días como su compadre Carlos Andrés Pérez, uno de los presidentes más corruptos del mundo, ex presidente de Venezuela. O como su aliado el séptimo presidente más corrupto del mundo, Alberto Fujimori, para quien pide el aprismo indulto, condenado a 25 años de carcelería por delitos de lesa humanidad. Vale repetir la palabras de Stefan Zweig: Ya no le valen ardides, ni protestas, ni juramentos (ni amenazas); un poderoso sin Poder, un político liquidado, un intrigante gastado es siempre lo más miserable del mundo. Tarde, pero con usura, paga (Alan García) su deuda, su pecado de no haber servido nunca a una idea, a un sentimiento moral de la Humanidad; su culpa de haber sido siempre esclavo del provecho deleznable del momento y del favor de los hombres
Junto con García no acabará la APRA. Las mafias nunca mueren, sólo se transforman y cambian de nombre. Por ello, la APRA no desaparecerá tan fácilmente, pero el proceso de extinción ya comenzó, hasta que sea reemplazada por otra mafia. El fujimontesinismo se propuso esta tarea, pero le faltó decisión y escoger el tiempo adecuado. En 1992 el fujimontesinismo no consiguió eliminar ni física ni políticamente a la APRA. Los misiles de Ollanta Humala, el supuesto y fascista Capitán Carlos, van dirigidos contra Alan García, no es una eliminación física su objetivo como el intento fujimontesinista, es aún peor, es su eliminación política.
Amigos de Alan han escrito barbaridades como que nunca se le probó las acusaciones. Eso es falso. Sus juicios nunca se iniciaron y algunos de sus delitos prescribieron, y la fiscalía controlada por el aprismo blindó a García. El poder judicial sufre el mayor desprestigio de su historia por causa de haber sido copado por apristas.
Con él tampoco acabará la inmoralidad de los funcionarios públicos que pregonan a los cuatro vientos que la plata llega sola. Una nueva generación de politiqueros anuncian su participación en las elecciones regionales y municipales del 2014, y otros ejercitan sus mafiosas maquinarias electorales para las presidenciales del 2016. A diferencia de Víctor Raúl Haya De La Torre rodeado de militantes con cierto temple y capacidad intelectual, Alan García Pérez dirige un grupo de dos anodinos, famosos por su ligazón a organizaciones de pillos en Ayacucho o funcionarios de la banca culpable de la crisis mundial, nadie más resaltante lo acompaña, pues las relaciones sospechosas de otros y otras con el Comando Rodrigo Franco los obligaron a sumergirse no bien quisieron ser voceros de la revocatoria.
Esta decisión irracional de impulsar la revocatoria de la alcaldesa Susana Villarán y de 39 regidores, y con ello poner a la izquierda en la marginalidad electoral, y su fracaso estrepitoso le está pasando la factura; finalmente una maquinaria electoral sólo es útil cuando asegura el triunfo a los capitalistas. La Apra de Alan García ha dejado de ser un instrumento eficaz para manipular a las masas. Es una maquinaria electoral destartalada.
Pero todo vacio debe ser llenado en política como en la física. Los capitalistas aparecen detrás de dos posibilidades de recambio. La primera, la reconstrucción de la democracia cristiana absorbiendo a la izquierda socialdemócrata. Este es el paso inteligente dado por el PPC al apoyar el No en la revocatoria, a pesar de la oposición de algunos de sus integrantes que ven peligrar su pequeño espacio político en una alianza mayor. Construir una variante peruana de la Concertación neoliberal chilena que gobernó 20 años. Una segunda posibilidad, es la del capital financiero que pretende reconstruir el partido militar, consciente que la crisis mundial asolará más temprano que tarde la economía peruana; para ellos lo mejor es un gobierno fascista, dictatorial, sin oposición de una izquierda legal ni siquiera del tono socialdemócrata. Aparte de los militares y policías en retiro contarían con el fujimontesinismo y los restos del narco aprismo, teniendo como base al PNP.
Sea cual sea la opción que los capitalistas tomen, el soporte de ella serán los narco dólares. La baja de los precios de los minerales y la elevación de los costos de explotación en 3 veces anuncian el fin del boom minero. Sea cual sea el candidato de la derecha deberá ir a negociar con el Cartel de Tijuana.
Con el curso que han tomado los acontecimientos la izquierda deberá tomar decisiones difíciles. Una de ellas es abrir las puertas a las agrupaciones sin inscripción, progresistas o de izquierda. Seguidamente elaborar las listas a las elecciones regionales y municipales ahora. Al igual que en Venezuela, los procesos electorales ayudan a forjar nuevos liderazgos, a elevar la conciencia del pueblo, a definir caminos. En todo proceso político, electoral o de lucha abierta de masas siempre está en juego la cercanía o lejanía de la revolución social. En Venezuela los social liberales pensaban que sin Hugo Chávez todo había terminado, pero la fuerza del poder popular ha vuelto a colocar un presidente revolucionario, Nicolás Maduro. Los capitalistas que mantienen su poder y son aún más fuertes que los chavistas no han podido ganar a un líder surgido hace pocos meses como tal. El majunche de la derecha venezolana está hace décadas en la política como gobernador del Estado de Miranda y dos años de candidato perdedor.
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