GABINETE PATRIÓTICO

candela


Año 7 Nº 93

Arequipa, 2011, noviembre 12.

ASOCIACIÓN JUAN PABLO VISCARDO Y GUZMÁN

En camino al Bicentenario de la Primera Independencia del Perú

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TÁCTICA Y ORGANIZACIÓN DE LA NUEVA MAYORÍA PATRIÓTICA (IX)

GABINETE PATRIÓTICO

Por: Arturo Muñoz

Candela369@gmail.com

Dos opciones tácticas

Una es pasar a la oposición radical al gobierno de Ollanta Humala. La represión a las paralizaciones en Apurímac, Ancash, Cajamarca y Huancavelica en defensa del medio ambiente, de los derechos de la Tierra, con víctimas mortales, sería la justificación para ello. Sin embargo, esa actitud irreflexiva dejaría el campo libre a la derecha para terminar de copar el gobierno, y el regreso a la lucha sólo desde las bases. Además, sería abandonar las posiciones conquistadas con el 31 % de los votos, que le dieron el triunfo a Humala. Gadaffi con el ejército de mercenarios tomando Sirte, su último refugio, con la flotilla de la OTAN bombardeando el convoy con el cual se movilizaba, prefirió enfrentar al enemigo antes de retornar a una posición insostenible en la clandestinidad mundial.

Otra opción, mucho más difícil y dura de realizar, es exigir la cuota de gobierno a la cual tiene derecho la Nueva Mayoría Patriótica del Perú. Esa nueva mayoría sostén del gobierno (sin la cual Ollanta acabará errático y a merced de la Apra y el fujimontesinismo) debe colocar peruanos y peruanas patriotas en el gabinete. Y desde estas ubicaciones gubernamentales contribuir a unificar y fortalecer la unidad popular, corrigiendo el error de la IU cuando ganó importantes puestos en los municipios y acabó asemejándose en la práctica a los derechistas. Eso significa luchar por un GABINETE PATRIÓTICO, al servicio de los movimientos sociales, del pueblo peruano patriota.

Diálogo con conquistas reales

Para efectos prácticos las actas de las mesas de negociación son papel y tinta desechables, las experiencias propias como las internacionales lo reafirman diariamente. Velasco siempre negocio con sus pares de las fuerzas armadas con un revolver sobre la mesa. El movimiento popular puede poner la acción masiva sobre la mesa, no sólo para conseguir la firma de un papelito sino colocar a quienes tendrán la tarea de ejecutar los acuerdos. Es decir, se firma pero con ministros patriotas no con empleados de las empresas capitalistas. Humala está en la obligación de cumplir con su palabra. El movimiento popular está en un momento en que la lucha puede hacerla desde abajo y desde arriba. Y si la izquierda desea sinceramente ser nuevamente un partido con peso político decisorio no puede dedicarse a sólo impulsar la defensa del Perú desde la base.

Más de 80 años entregando mártires, construyendo con mucho sacrificio las organizaciones políticas y sociales del pueblo, le dan ese derecho, pues Humala es producto de esa labor continua de la izquierda peruana, el derecho a ser parte del gobierno para transformar el país, sin engaños al pueblo, sin promesas incumplidas, sino con una acción consecuente con la satisfacción de las necesidades de los millones de explotados y explotadas de la patria.

Una condición para iniciar cualquier negociación es exigir la presencia de interlocutores, sean ministros o funcionarios de menor rango, con espíritu patriótico y no técnicos alquilados por las transnacionales. Caso contrario no es un diálogo sino la imposición de la voluntad de los capitalistas.

Eliminar la explotación y la dominación

Punto central de la transformación es la eliminación de la explotación de los peruanos y peruanas en las empresas capitalistas, desde mineras a megacentros comerciales, de grandes a pequeñas. Los éxitos empresariales tan premiados son el producto de la explotación de millones de trabajadores sean formales o informales, condenados a vivir en la pobreza o la extrema pobreza si son parte del ejército industrial de reserva, o con cadenas de oro si son trabajadores de la gran y mediana minería. La sociedad capitalista de explotados y explotadores debe ser transformada con métodos radicales si es necesario, para ello ha sido elegido Ollanta Humala.

Perú es un país sujeto a la dominación de las corporaciones transnacionales, las cuales no pagan impuestos, tienen contratos de estabilidad jurídica, desconocen los derechos humanos. Transnacionales destructoras del medio ambiente, violadoras de los derechos de la Tierra. No se sujetan a las leyes peruanas, corrompen al Estado para obtener los más grandes beneficios y las fuerzas armadas y policiales están a su servicio para garantizar la sumisión a sus designios.

Pero ante esta injusta sociedad de explotados y explotadores, de un país dominado por el capital transnacional, se ha formado una nueva mayoría patriótica abiertamente contraria al sistema capitalista, sistema condenado por los Papas y los humanistas del mundo.

Conjurar el golpismo fascista

En Grecia los cuarteles han comenzado a sentir un casi olvidado movimiento militar para sustituir el gobierno elegido por uno salido de un golpe de Estado. Los países europeos transitan a dictadura militares o dictaduras cívicas militares. Un miembro de las fuerzas armadas griega ha declarado: finalmente nosotros seremos el muro de tanques que evite la toma de los bancos por el pueblo griego. La defensa del Estado de derecho es la defensa de las empresas de los capitalistas causantes de la más cruel crisis capitalista que recae sobre la humanidad, la cual recién muestra sus horrendas consecuencias iníciales.

En una carrera contra el tiempo los movimientos populares del Perú y de América Latina deberán organizarse en todos los campos, para conjurar la amenaza fascista. La derecha peruana, una de las más conservadoras de Latinoamérica, trajo al genocida paramilitar Álvaro Uribe, ex presidente de Colombia, quien presentó sus recetas en la XXX Convención Minera.

El regreso de los golpes militares es un hecho. La Nueva Mayoría Patriótica, Democrática, Participativa, Descentralista, Honesta y Latinoamericanista enfrentará esta amenaza real (Honduras fue el punto de quiebre, y las noticias anuncian acciones para invadir Venezuela al detectarse un submarino nuclear rondando sus costas). El Imperio no caerá sin causar guerras como en Irak, Afganistán y Libia, convirtiendo sociedades con un cierto nivel de vida en sociedades de extrema pobreza y de violencia generalizada. Sólo Latinoamérica Unida en todos los campos es capaz de vencer al Imperio.