CANDELA noticias AQP
AÑO 2 N° 8
Arequipa, 2006 diciembre 10.
Con el Apra la crisis de la democracia se agrava
ALAN GARCÍA Y EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROMESAS ELECTORALES
Arturo Muñoz
Las elecciones regionales y municipales del 19 de noviembre dependían de las medidas del recién ascendido presidente Alan García, ganador de las presidenciales en segunda vuelta del 4 de junio. Las expectativas despertadas por García debían convertirse en realidad en los primeros 100 días, a riesgo de repetir el incumplimiento de Alejandro Toledo. Que los candidatos digan una cosa en campaña y hagan otra cuando asumen el cargo incrementa la desconfianza en la democracia, como sistema político para efectuar los cambios que la población exige. García finalmente decidió conducirse políticamente igual que Toledo.
No revisó los contratos con seguridad jurídica, en especial los contratos con las compañías mineras, de energía, con el consorcio que explota el gas de Camisea y el impopular contrato con Telefónica. No rebajó en 10 % el precio de la gasolina. Menos contrató 20 mil policías más para sofocar el incendio delincuencial que afecta al país. No revisó punto por punto el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos firmado por Toledo. Incumplir sus promesas electorales le costo reducirse a 3 gobiernos regionales: La Libertad, Lima provincias y Piura.
Compromisos que hizo para granjearse la simpatía del electorado y restarle votos a su adversario Ollanta Humala, quien pide que Alan García ya presidente haga lo que dijo en campaña. Para la segunda vuelta García radicalizó su mensaje asemejándolo al de Ollanta, ahora es víctima de su propio juego y el futuro del gobierno aprista es incierto. El dinero en abundancia con que cuenta para implementar su plan de gobierno no es garantía de gobernabilidad, pues la militancia que esperó 16 años para volver a gozar de estabilidad económica le obligará a dejar a un lado la mejora de la calidad de vida de por lo menos el 54 % de peruanos que viven en pobreza.
Si a la falta de palabra por parte de García le sumamos las fracasadas gestiones de los 12 presidentes regionales apristas, el resultado no podía ser otro que el que fue, la perdida del sólido norte incluyendo la plaza histórica del aprismo, Trujillo; ciudad en la que Haya de la Torre organizó las primeras células de la Alianza Popular Revolucionaria Americana. Las lagrimas vertidas al conocer la noticia no le devolverán al aprismo su viejo bastión.
Ya en el discurso presidencial del 28 de julio, inaugurando su mandato, se notó la ausencia de medidas relacionadas con los puntos centrales del Plan de 100 días y del Plan de Gobierno, de obligatoria presentación por la Ley de Partidos. Ley que debe modificarse en varios aspectos. Uno de ellos es que el Plan de Gobierno debe ser ejecutado por el gobierno entrante y en caso contrario ser una causal de vacancia, así como lo contenido en las hojas de vida sino corresponde a la realidad debe vacarse al falsario. El descrédito en la democracia bajaría notablemente.
Aún antes de asumir la presidencia García en el mes de julio retrocedió en su posición frente al TLC con EE.UU. y pasó a apoyarlo incondicionalmente. Al no ser aprobado por el Congreso estadounidense le quiso echar la culpa a Toledo, como no funcionó la maniobra dijo una frase digna del diván de Freud, el TLC está en manos de Dios. Luego en sus primeros días al comando del gobierno firmó apresuradamente el Acuerdo de Complementación Económica con Chile que favorece a los monopolios pinochetistas.
A continuación en vez de poner el impuesto a las sobreganancias a las empresas mineras por la suba de los precios de los minerales, negoció un aporte voluntario de los varones de la minería; que en la historia del Perú han representado la muralla infranqueable para ejecutar los proyectos de desarrollo nacional. Fondo que será administrado a gusto de los donadores y no en función de las necesidades de la población.
En estos últimos días se ha empantanado en temas que lo califican como uno de los gobiernos más conservadores de América Latina. Ha impedido la aprobación en el Congreso de la Ley General del Trabajo en la que ya no existía la figura del despido arbitrario del trabajador, que ponía fin al miedo al despido por defender sus derechos laborales. Su discusión se ha postergado indefinidamente.
Otro punto negativo de su corta gestión es la promulgación de la ley que modifica la creación de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional – APCI -, por medio de la cual un simple funcionario puede cancelar el permiso de funcionamiento de una Organización No Gubernamental (ONG). La intención es destruir el trabajo de las organizaciones de defensa de los derechos humanos, para dar paso a la amnistía de los criminales que actuaron protegidos por la dictadura cívico militar instaurada el 5 de abril de 1992, presidida por Alberto Fujimori, considerado en la lista de los corruptos dentro de los 10 primeros lugares.
García gobierna con el apoyo explícito del Opus Dei, representado en el Gabinete por el Ministro de la Producción Rafael Rey Rey, miembro numerario de este movimiento. En alianza con Unidad Nacional que ha conseguido que uno de sus principales líderes, Antero Flores Araoz, sea nombrado representante del Perú en la Organización de Estados Americanos; y aportando con técnicos al Ejecutivo. Además cuenta con la incondicional votación de los congresistas fujimontesinistas, que es la forma de devolverle el apoyo que el Apra le prestó a la dictadura cívico militar en la década de los noventa.
Inclinado hacia la derecha García conduce al Apra al lado de los gobiernos adscritos a la política de la administración Bush, como Uribe en Colombia y ahora Felipe Calderón en México. Justamente los gobiernos pegados a Estados Unidos son los que están en graves dificultades, porque sus políticas generan convulsiones sociales y políticas e incluso levantamientos armados, que en algunos casos permanecen por décadas.
García parece ignorar que la Guerra Fría no ha terminado, continúa de diferente manera. Rusia ya no es comunista, pero sus intereses económicos y geopolíticos la enfrentan diariamente a Estados Unidos. En los casos de Irak, Iran, Libano, Corea del Norte, Cuba e incluso Venezuela, Rusia se opone a abiertamente a Estados Unidos. Y por lo tanto no cree que el Perú ganaría mucho con una política no alineada.
Por otro lado la Unión Europea que influenciaba al ex presidente Ricardo Lagos, logró colocar en el más alto cargo de la OEA a Inzulza, ex canciller chileno, más amigo de Europa que de Estados Unidos. Sostiene a los gobiernos de Ignacio Lula da Silva de Brasil, de Tabaré Vásquez de Uruguay, de Néstor Kischner de Argentina y al Evo en Bolivia. Y es una de las fuentes principales de las ONG. El conflicto con las ONG retraerá la cooperación europea que va a los sectores más pobres del país.
China y Japón lideran el bloque asiático que con sus capitales evitan que la economía estadounidense acabe por caerse. ¿Hasta cuándo alimentarán la economía de Estados Unidos?. Es lo que las grandes corporaciones se preguntan cada día, pues de ello depende su sobrevivencia. García carece de una estrategia para obtener beneficios de la APEC.
La errática política exterior peruana desde el 28 de setiembre de 1975, día en que cayó Velasco, no ha hecho más que debilitar las viejas alianzas naturales como la Comunidad Andina de Naciones, que la firma del TLC por Toledo terminó de destruir. García no tiene ningún amigo fiel sudamericano, lo que daña al Perú. Tarde o temprano algunos sectores patriotas le cobrarán la factura por su inconsistencia en un tema tan vital como la relación con las naciones sudamericanas.
Cada día la torpeza de García hace pensar, que al igual que el México de Felipe Calderón que aún no se ha acomodado en su asiento, sólo hay que esperar su caída, que no terminará su mandato, sumiendo al país en una profunda crisis, pues no existe aún una organización capaz de ser el recambio que el Perú necesita para aprovechar este periodo de bonanza. Y si no cae es porque las bayonetas controlan al Perú. La investigación por una empresa particular de la vida del Padre Arana, crítico de las actividades de la minera Yanacocha por contaminar el medio ambiente, indica que García permitiría la fácil salida de la represión a ejercer un gobierno eficiente.
De 1985 a 1990 gobernó a favor de los 12 apóstoles, los empresarios más importantes de esos años, hoy gobierna para las corporaciones transnacionales. Eso es lo que aprendió en su primer periodo y será lo que haga en su segundo periodo. Pero el Perú de esos años no es el de hoy, es probable que no tenga la paciencia de esperar 5 años.
Una cosa esta clara, es que no importa lo que suceda la población debe organizarse. Las recientes elecciones regionales y municipales permitirán un salto cualitativo en esta tarea. La consigna esta puesta: cumplimiento de las promesas electorales.
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