domingo, 30 de agosto de 2009

LA NACIONALIZACIÓN DE LAS TRANSNACIONALES

candela noticias AQP

Año Nº 4 Nº 26

Arequipa, 2008, abril 18.

página web: www.aqpcultura.org


LA NACIONALIZACIÓN DE LAS TRANSNACIONALES

Arturo Muñoz

El mensaje que desde hace más de quince años recibe la población es que la inversión privada es la única forma de lograr el desarrollo. Muy pocos se atreven a desmentirlo. Con mucha vergüenza algunos hablan del importante rol del Estado para lograr un mejoramiento de la calidad de vida de la población; usualmente la frase que emplean es que el Estado debe encargarse de la educación y la salud por ser un derecho de la persona, que debe regular a los monopolios y ser propietario de los sectores estratégicos de la economía nacional; pero, añaden, la inversión privada es fundamental para lograr el crecimiento.

La pregunta que nunca se hacen es ¿Cuán mejor está el Perú después de haber privatizado las más importantes empresas estatales bajo la dictadura militar de Fujimori- Montesinos?, o mejor ¿Cuánto está perdiendo el Perú, el pueblo peruano, por haber privatizado casi todas las actividades económicas?. Dos ejemplos sirven para ilustrar lo trágico que es el proceso de privatización y las enormes pérdidas que le causa al país.

EL CONTRATO REPSOL PARA LA VENTA DE GAS A MÉXICO

Repsol, corporación transnacional española, logró que en diciembre del 2005 el gobierno de Toledo modifique la Ley 27133 de Promoción del Desarrollo de la Industria del Gas Natural, que garantizaba el abastecimiento de gas al mercado nacional en un período mínimo definido en el contrato que (el DS 040-EM reglamentó) por 20 años la explotación del Gas de Camisea debía servir para satisfacer el mercado nacional; Toledo con el DS 050-2005-EM da permiso a Repsol para vender el gas a México, olvidando las necesidades energéticas de los peruanos.

Toledo anuncia la modificación del contrato con Repsol diciendo que el Perú entraba al club exclusivo de los países exportadores de gas, sin decir que los miembros de este club son países en extrema pobreza que no tienen la fuerza política para utilizar sus riquezas naturales para desarrollarse.

El 2005 en México aún no había salido la licitación para comprar gas, pero Repsol ya conocía esa información. El actual presidente de México, Felipe Calderón, era el Secretario de Energía, quien habría proporcionado a Repsol la información privilegiada. Toledo y sus ministros Fernando Zavala (economía) y Clodomiro Sánchez (energía y minas) cambian las reglas a favor de Repsol, que paga al Perú 2.45 dólares por millón de BTU (Unidad Británica Térmica).

Cuando gana Felipe Calderón las elecciones al estilo mafioso, con enormes sospechas de fraude, como ganó también Alan García con muchos cuestionamientos a la legitimidad; entonces sale la licitación convocada por la Comisión Federal de Energía de México, y como no podía ser de otra manera la gana Repsol, al ser la única empresa que se presenta. Casi igual a las licitaciones para los patrulleros por parte de la Mazzeti y de Alva Castro.

Repsol vende a México a 8.80 dólares el millón de BTU de gas, precio reajustable según el índice Henry Hub, que le representa una utilidad de 15 mil millones de dólares. Aplicando la vieja enseñanza comercial: comprar barato y vender caro. Este fraude lícito en contra de dos naciones hermanas, que hace Repsol en complicidad con funcionarios del más alto nivel en Perú y México, es como se expresan realmente los conceptos liberales de competitividad, de productividad, de libre mercado, de eficiencia de la empresa privada, de capacidad de gestión de las corporaciones transnacionales que el autoritarismo liberal venera.

Posteriormente la planta de licuefacción, para congelar el gas y transportarlo en barcos a México, fue inaugurada por Alan García, alumno aplicado de su compadre Carlos Andrés Pérez, ex presidente de Venezuela que acabó en la cárcel por corrupto.

Ante el escándalo en el Congreso peruano una Comisión viene investigando este contrato con Repsol junto con otros más. Esta es la forma en que las mafias parece logran legalizar sus fraudes, con una votación favorable de los congresistas que les quita toda culpa. Así parece haber sucedido con el congresista fujimorista Pando que cometió una falta similar a la de las sancionadas congresistas Elsa Canchaya (Unidad Nacional) y Tula Benites (APRA); pero como su reemplazo postuló por el Partido Nacionalista en las elecciones regionales y municipales, la mayoría congresal habría preferido salvarlo a costa de su mayor desprestigio antes que perder un voto y dárselo a la oposición.

El ejemplo de Repsol ilustra también la forma de transferir valor de los países periféricos a los países del centro desarrollados. Pagan una cantidad miserable por la materia prima al país productor, le cobran casi el triple al país comprador y se quedan con una jugosa ganancia. Esto se ve todos los días en la economía de libre mercado, los intermediarios compran a los agricultores a precios irrisorios y venden al público a tres, cuatro o cinco veces más del precio que compraron, no hay límite a la ambición de ganancia de los capitalistas.

Muchas veces nada se puede hacer legalmente para impedir el fraude, pues están blindados con leyes, decretos, y lo más indignante por las autoridades de los países estafados.

EL DESAPORTE DE CERRO VERDE AL DESARROLLO DE AREQUIPA

Un segundo ejemplo de cómo la sociedad capitalista monopólica se rige por la ley del fraude lícito, es el supuesto aporte de la Sociedad Minera Cerro Verde (SMCV) al desarrollo de Arequipa. Antes de entrar al tema, un poco de historia. El General Velasco creó la empresa Minero Perú que inició la explotación de la mina de cobre Cerro Verde con dinero de todos los peruanos, que tuvo buenas utilidades desde que comenzó a producir. En el primer gobierno de García entraron a trabajar cerca de 700 personas más cuya filiación política en algunos casos era aprista, que inflaron los gastos corrientes. Al ingreso de Fujimori con su mentalidad de regalar las propiedades de todos los peruanos, vendió Cerro Verde a la transnacional Cyprus por alrededor de 30 millones de dólares en 1992, luego la corporación Phelp Dodge la compra por un poco más de 500 millones de dólares y, el 2006, Cerro Verde es absorbida por la Freeport Macmoran valorizándola en 1500 millones dólares.

Con la vertiginosa subida de los precios de los minerales, a partir del 2004, Cerro Verde comienza a obtener fabulosas ganancias. El año 2006 sus utilidades netas son del orden de 444 millones de dólares y el 2007 de 881 millones de dólares. Con las utilidades de dos años de Cerro Verde ha podido financiarse el gasoducto andino del surperuano que cuesta 1200 millones de dólares, si es que la mina hubiera seguido siendo propiedad de los peruanos, e incluso la carretera Interoceánica Ramal V.

La SMCV, el 2 de agosto del 2006, firma un compromiso de aportar al desarrollo de Arequipa donando la mitad del costo de la construcción de las plantas de tratamiento de agua potable y aguas servidas. Después de 20 meses, con miles de disculpas, el 5 de abril del 2008, han entregado los perfiles de ambos proyectos. El costo total de ejecución de los proyectos no lo dijeron, pues según los acuerdos en las varias reuniones la SMCV debía aportar 50 millones de dólares y los municipios y el gobierno regional otros 50 millones de dólares. Tal parece que la cantidad que aportará la minera no supera los 20 millones dólares, lo que les representa un ahorro de 30 millones de dólares. Además han cortado las negociaciones con las organizaciones de la sociedad civil, el gobierno regional y los gobiernos locales, para evitar nuevos compromisos.

Entregados los perfiles a la empresa de agua potable y alcantarillado de arequipa, SEDAPAR, tiene tres meses para aprobarlos; y luego elevarlos al Ministerio de Economía para su aprobación, donde se someterán a los requerimientos del Sistema Nacional de Inversión Pública – SNIP -, que suele demorar años en dar su conformidad. Por lo que se estima que recién el 2012 comenzarán los trabajos de construcción de las plantas.

Así la SMCV desde el 2004 hasta el 2012 sólo habrá aportado 20 millones de dólares, es decir nada en comparación con la utilidad de sólo dos años 2006 y 2007, que suman 1325 millones de dólares. La privatización ha servido para que las empresas transnacionales que fueron dueñas y la que es actualmente propietaria de la mina Cerro Verde, transfieran sus utilidades a las matrices sin contribuir con el desarrollo de la comunidad en que está el asentamiento minero.

La complicidad de los gobiernos entre 1990 y el 2008 también les ha permitido entregar un óbolo voluntario de 3.75 % de las utilidades, en reemplazo de el impuesto a las sobreganancias que el Estado debió aplicarles, además de dejar de pagar las regalías e impuestos por varios cientos de millones de dólares.

NACIONALIZACIÓN DE LAS TRANSNACIONALES

El fraude lícito de que es víctima el país sólo tiene una salida en lo inmediato, la nacionalización de las transnacionales. Los dos ejemplos puestos nos indican que el aporte de la inversión privada al desarrollo es la mayor estafa publicitaria de fines del siglo pasado y del inicio del actual. El instrumento que existe para lograr el progreso es la Nacionalización, no existe otro, las fórmulas pueden ser distintas: consorcios estatales, empresas mixtas con capital estatal y privado, empresas comunitarias, etc. Cualquiera de estas alternativas es preferible a ver como se agranda la diferencia entre pobres y ricos con la santificada inversión privada.

Ningún argumento en contra puede borrar los números en rojo en contra de las poblaciones de los países del Tercer Mundo, la inversión privada ha generado más pobres y ha vuelto más pobres a los que ya existían. Los inversionistas privados siguen al pie de la letra la constatación bíblica, de que al que tiene poco, lo poco que tiene se le quitará.

La conclusión de que la nacionalización ya fracasó y es una fórmula del pasado a la que llegan las corporaciones transnacionales, se contrapone a la hecho objetivo que más de cuatro siglos de capitalismo han puesto a la humanidad al borde de su desaparición, y no hay señal alguna de que enmendarán no sus errores sino su infinito afán de lucro, Por otro lado las experiencias fallidas del siglo XX de economías capitalistas de Estado, son precisamente las que deben ser estudiadas para corregir las bases conceptuales sobre las cuales fueron construidas. Y se encontrará que Lenin estuvo equivocado en identificar estatización con nacionalización, en subestimar los sofisticados mecanismos de sabotaje que emplearon los capitalistas en contra de las economías socialistas. También estas experiencias demostraron que el proletariado es una clase revolucionaria hasta cierto punto, pues la revolución tecnocientífica ha modificado la estructura de clases de las formaciones sociales. La sociedad del conocimiento que significa el cambio de la principal fuerza productiva el trabajo físico por el trabajo intelectual, es algo que no se tuvo en consideración en esas experiencias. Aún no se ha sacado las conclusiones de la afirmación de que el capitalismo ha pasado a la etapa de la sociedad del conocimiento. Los librepensadores se enfrascaron en un debate inocuo sobre modernidad y postmodernidad, en capitalismo y postcapitalismo, sin pisar tierra analizando los procesos concretos que vive la humanidad desde el siglo pasado.

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