domingo, 30 de agosto de 2009

LA INSURRECCIÓN EN BOLIVIA II

candela noticias AQP

NUEVA ERA

AÑO 1 Nº 6
AREQUIPA, 2005, MARZO 17.

CRISIS DEL LIBERALISMO EN BOLIVIA
LA INSURRECCIÓN EN BOLIVIA II

Arturo Muñoz

Carlos Mesa Gisbert, presidente de Bolivia, el 15 de marzo jugó una nueva carta, el pedido de adelanto de elecciones generales (presidente y congreso) para el 28 de agosto del 2005. Esta vez el debate congresal fue duro con el buen hombre de Mesa, salieron a relucir las perlas de su pasado y sus compromisos con las transnacionales.

Mario Cossio, presidente de la Cámara de Diputados, expuso claramente la crisis boliviana. Mesa demostró incapacidad para gobernar. El referéndum del 18 de julio del 2004 no correspondía a la agenda del 17 de octubre del 2004, día en que huyó del país Gonzalo Sánchez de Losada. Las 5 preguntas enredaron el asunto del gas, pues debió preguntarse si los bolivianos estaban o no de acuerdo con la explotación del gas por las empresas transnacionales o por el propio Estado boliviano.

Esta manipulación del referéndum trajo como consecuencia que en el Congreso se discutiera varios proyectos de Ley de Hidrocarburos. La madrugada del 16 de marzo terminó el debate y la ley establecía 18% de impuestos y 32% de regalías a pie de pozo. Ante el proyecto aprobado por el Congreso, Mesa en la noche del mismo 16, desconocía al poder legislativo amenazando con no aprobar ninguna ley proveniente del Congreso y tildándolo de innecesario. El liberal Mesa, defensor del estado de derecho y de la independencia de poderes, acabó con ellos, con dos principios fundamentales del liberalismo.

Luego acusó a Mario Cossio de haber incumplido el acuerdo del 8 de marzo, que se firmó a raíz de su renuncia a la presidencia el 6 de marzo. Cossio le increpó que el proyecto de ley estaba acorde con lo pactado, pues el referéndum mandaba que la ley contuviese 50% de aporte de las transnacionales al Estado boliviano. Mesa fue muerto en su propio juego manipulatorio, abandonado por sus propios partidarios que desean conservar sus curules.

Cossio resumió la crisis boliviana en la crisis del liberalismo. Los liberales no pueden gobernar Bolivia sin ir en contra de sus propios principios. Mesa escapa de los conflictos como el gato del agua caliente. Y como repitieron los congresistas cualquier otro liberal que asuma la presidencia de Bolivia seguirá por el mismo camino de Mesa.

Evo Morales se mostró dialogante pero con un discurso plagado de contradicciones. Para él la salida es la recuperación de los recursos naturales, que según el Evo, es igual a nacionalización; sin embargo, entiende la necesidad de la inversión extranjera. Desde la última década del siglo XX el nacionalismo no se lleva con la inversión extranjera, el resurgimiento del nacionalismo se da por la voracidad de las transnacionales, que como bien dice el Evo bloquearon el desarrollo de Bolivia.

Con esta propuesta el Evo va a ser presentado como el enemigo del capital extranjero, satanizado y sus posibilidades de triunfo electoral disminuídas. El Evo ha debido defender simplemente la ley aprobada por el Congreso, demostrando que su espíritu de unidad es real. Además tenía dos noticias favorables a una posición de defensa de la ley: el anuncio de Petrobras de continuar operando a pesar del cambio de legislación, y la actitud provocadora de la British Gas de iniciar juicios al Estado en caso se cambie la legislación. Evo pudo haber planteado un saludo a la empresa brasileña y la inmediata fiscalización de las inversiones inglesas, despertando el espíritu de unidad suramericana.

Algún despistado parlamentario seguidor de Felipe "Mallku" Quispe, del Movimiento Indigenista Pachakuti (MIP), tocó a rebato y de usar las armas contra el sistema. En el mismo momento en que el "Mallku" declaraba su deseo de participar en las elecciones del 28 de agosto, si se aceptaba el pedido de Mesa. Pero esta intervención no debe ser tomada ligeramente, menos en Bolivia, que junto a Paraguay es el paraíso del tráfico de armas.

Por su parte del Departamento de Estado estadounidense no quiso estar al margen del debate y emitió una declaración "invocando" a los parlamentarios a buscar una salida democrática a la crisis. Lo cual comprueba lo dicho por Mesa, que Estados Unidos interviene directamente en la política boliviana, violando el principio de autodeterminación de los pueblos.

Después de 4 horas y media de debate el Congreso aprobó una resolución de un sólo párrafo: rechazar el pedido de adelanto de elecciones por anticonstitucional. A mesa le queda un sólo camino, la renuncia irrevocable si quiere morir con honor. A Bolivia le esperan tiempos muy duros, pues las transnacionales van a utilizar su poder para liquidar físicamente a quienes se oponen a que saqueen Bolivia, es decir van a incentivar una carnicería en contra del 80% del pueblo boliviano, que ya derramó su sangre en Octubre del 2003 por una vía nacional de desarrollo.

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